Ciudad de México. Vestidos de gala, trajes y mocasines brillosos. Nietos acompañando a sus abuelos ilusionados, incluso uno que otro gótico. Todos agolpados en las puertas del abarrotado Teatro Metropólitan, listos para disfrutar a la leyenda de la música británica, Tom Jones, después de 5 años de ausencia en México.

Detrás de las columnas grecorromanas que resguardan el escenario, algunos marcianos imaginados por Tim Burton, listos para conquistar la tierra, estallaron al escuchar los gritos y aplausos del público tras la salida del todavía sex symbol inglés.

En una declaración de intenciones, el recital comenzó con Not dark yet, y es que, si bien conserva la misma potencia de voz que al inicio de su carrera, el tiempo ha pasado después de 60 años de carrera y más de 100 millones de discos vendidos.

“Mis suspiros están creciendo y cada vez son más profundos, cada vez camino más despacio. Estoy envejeciendo, sí. Estoy envejeciendo”…

“Thank you very much. Gracias. We’re going to have a good time tonight”, dijo Jones con vitalidad para acudir a Bob Dylan, siempre Dylan al rescate con Not Dark Yet, y en una suerte de resignación y agradecimiento, su voz profunda nos recordó que “detrás de cada cosa hermosa ha habido algún tipo de dolor. No está oscuro todavía”.

Tras la emotiva interpretación, y después de recordar brevemente su carrera, los acordes de It’s not unusual, una de las canciones más esperadas de la noche, comenzaron a sonar y con ello la celebración de la vida a pesar de que en ocasiones “ese loco amor” no pueda ser nuestro.

Como lo anuncia el nombre de su gira “Age & Stages”, Tom Jones realizó un recorrido por sus 60 años de carrera, e interpretó, para goce de su público, sus primero éxitos como What’s New Pussycat?, Delilah, Green, Green Grass of Home y Sex Bomb.

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