Washington. Kamala Harris hace campaña este jueves con Barack Obama y el roquero Bruce Springsteen en Georgia tras llamar “fascista” a su rival Donald Trump, quien ha comparado la Unión Europea con “una mini China” a nivel comercial.

La vicepresidenta demócrata lo apuesta todo a una carta. Lo que está en juego en las elecciones presidenciales del 5 de noviembre, según ella, es la defensa de la democracia frente a su rival, el ex presidente republicano Donald Trump, a quien considera “cada vez más desquiciado” e interesado en un “poder sin control”.

No lo tiene fácil. Sigue empatada en los sondeos con él, dentro de los márgenes de error, en particular dentro de los siete estados clave que podrían decidir el resultado.

La candidata demócrata de 60 años estará por primera vez en el escenario con el ex presidente Barack Obama, quien ya ha sudado la camiseta en solitario durante los últimos días para que ella se convierta en la primera mujer al frente del país.

Les acompañará el roquero Bruce Springsteen, apodado El Jefe, cuyos himnos a la lucha de la clase trabajadora lo han convertido en uno de los artistas más populares del país.

Esta semana Harris insiste más que nunca en que Trump nunca ha aceptado su derrota electoral en 2020 frente a Joe Biden y no ha dado garantías de que vaya a reconocer los resultados dentro de 12 días.

El martes la ex fiscal pronunciará “un alegato final” contra Trump en Washington, en el lugar donde el ex presidente arengó a sus simpatizantes antes de que atacaran el Capitolio el 6 de enero de 2021 en un intento por evitar certificar la victoria de Biden.

Trump, que llama “estúpida” a Harris y califica a Obama de “verdadero idiota”, viaja a Arizona, en el suroeste del país.

Este estado es uno de los siete decisivos junto con Georgia, Carolina del Norte, Pensilvania, Michigan, Wisconsin y Nevada.

El candidato de 78 años dará un mitin para hablar de la crisis de la vivienda, y después irá a Las Vegas para dirigirse a los jóvenes ultraconservadores.

Rara vez se ciñe a los temas y, en cualquier caso, siempre habla de lo que considera prioritario: la migración ilegal.

Un tema con el que exalta a las huestes conservadoras, que lo ovacionan cada vez que insiste en que deportará masivamente a los migrantes en situación irregular e invocará una ley de 1798 para acelerar las expulsiones de los miembros de las pandillas Tren de Aragua y MS-13.

En una entrevista radiofónica, el magnate comparó este jueves a la UE con una “mini China” en materia comercial.

“No toman nuestros coches, no toman nuestros productos agrícolas, no toman nada”, se quejó. “La UE es una mini China, pero no tan mini”, añadió.

 

 

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