Franja de Gaza. El ejército israelí bombardeó el lunes Jan Yunis, el nuevo epicentro de la guerra en Gaza, mientras familiares de los rehenes en manos de Hamas urgieron al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu a alcanzar un acuerdo para liberarlos.
Testigos reportaron ataques mortales por la noche en Jan Yunis, la ciudad más grande en el sur de Gaza, y fuertes enfrentamientos entre soldados israelíes y combatientes de Hamas.
Netanyahu prometió una “victoria completa” contra Hamas tras los ataques del movimiento islamita del 7 de octubre contra Israel, que dejaron mil 140 muertos, en su mayoría civiles, según un recuento de la AFP basado en cifras israelíes.
Los combatientes de Hamas también tomaron unos 250 rehenes e Israel dice que unos 132 siguen en Gaza.
La guerra desató temores de una escalada regional. Por la noche se escucharon sirenas en el norte de Israel, cerca de la frontera con Líbano, según el ejército israelí.
Ha habido enfrentamientos casi diarios entre fuerzas israelíes y el movimiento libanés Hezbolá, apoyado por Irán, y varias zonas del sur de Líbano fueron atacadas por la noche.
También ha habido brotes violentos en Cisjordania ocupada.
Asimismo, rebeldes hutíes de Yemen han atacado lo que consideran buques ligados a Israel en el mar Rojo, generando ataques retaliatorios de Estados Unidos y Reino Unido, al tiempo que ataques en Siria e Irak han sido reivindicados por grupos ligados a Irán en rechazo al apoyo estadounidense a Israel.
“Etapa necesaria”
Hamas admitió en su primer informe público sobre los hechos que desataron la guerra que hubo “algunos errores” de su parte, pero también urgió el fin de la “agresión israelí” en Gaza.
En un documento de 16 páginas, el grupo islamita palestino indicó que la operación del 7 de octubre fue una “etapa necesaria” y una forma de asegurar la liberación de los presos palestinos.
Israel prometió “aniquilar” a Hamas tras los ataques y lanzó una implacable ofensiva que ha matado al menos 25.105 personas en Gaza, en su mayoría mujeres y niños, según el Ministerio de Salud de Gaza, bajo control de Hamas.
La campaña israelí mató “alrededor de 20% a 30%” de los combatientes de Hamás y está lejos de su meta de destruir al movimiento palestino, según cálculos de la inteligencia estadounidense reportados por el diario Wall Street Journal.
Indicó que Estados Unidos, Catar y Egipto, que mediaron una tregua en noviembre, intentaban convencer a Israel y Hamas de acoger un plan para liberar a los rehenes a cambio del retiro israelí de Gaza.
Pero Netanyahu insiste en que Israel debe mantener el control de la seguridad después de la guerra y rechazó la posibilidad de una “soberanía palestina”.
Traer a los rehenes
Netanyahu también enfrenta intensa presión por asegurar el regreso de los rehenes y responder por las fallas de seguridad que permitieron el ataque del 7 de octubre.
Familiares y simpatizantes de los rehenes volvieron a manifestarse el domingo cerca de la residencia de Netanyahu en Jerusalén.
“Pedimos a nuestro gobierno que escuche, que se siente a negociar y decida si acepta este u otro acuerdo que convenga a Israel”, manifestó Gilad Korenbloom, cuyo hijo es rehén en Gaza.
“Le pedimos al gobierno que haga su parte, que proponga un acuerdo, llevarlo a una conclusión exitosa y traer con vida a los rehenes que quedan”, acotó John Polin, padre de un rehén.
Netanyahu declaró en un video tras el informe de Hamas que, a cambio de la liberación de los rehenes israelíes, Hamás exige el fin de la guerra, el retiro de tropas israelíes de Gaza, la liberación de presos palestinos y garantías de que el movimiento islamita continúe en el poder.
“Si aceptamos esto, nuestros soldados habrían caído en vano” y no habría garantías de seguridad, afirmó Netanyahu.
Crisis humanitaria
Las agencias de la ONU advirtieron de hambruna y enfermedad entre los gazatíes -de los cuales 1,7 millones han sido desplazados- que enfrentan carencias de agua, de atención médica y de otros bienes esenciales bajo los bombardeos diarios.
El domingo, 260 camiones de ayuda humanitaria ingresaron a Gaza, según COGAT, el organismo del ministerio israelí de Defensa a cargo de asuntos civiles palestinos.
Abdelrahmane Iyad, quien fue herido en Gaza y recibe atención en el buque militar francés Dixmude, atracado en Egipto, contó que toda su familia murió cuando su casa fue bombardeada.
“Yo salí volando por el aire y golpeé la pared de la casa de nuestro vecino, mi pierna quedó atrapada bajo un techo colapsado”, relató Iyad a la AFP en el portahelicópteros francés Dixmude, convertido en hospital para atender a civiles palestinos heridos.