Tras 100 años de avances fundamentales y debido al impacto que han tenido en diversas áreas de la humanidad, la Asamblea General de Naciones Unidas declaró 2025 como el Año Internacional de la Ciencia y Tecnología Cuántica. Las celebraciones a nivel global arrancan el 4 de febrero con una ceremonia de apertura en la sede de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), en París, Francia.

México será uno de los tres países presentes en el panel inaugural, con la participación de Ana María Cetto, investigadora del Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien dará una ponencia, junto con otros dos invitados.

En entrevista con La Jornada en el contexto de esta designación, Cetto dijo que la declaratoria significa un reconocimiento a la comunidad internacional por la importancia que ha alcanzado esta disciplina en áreas como la salud, la energía y el cambio climático, pero también una oportunidad para abatir las desigualdades de su aprovechamiento y buscar que sea mejor comprendida por la población.

Parecería que es algo que no concierne al ciudadano común, que es para los expertos, que está alejado de nuestro mundo; sin embargo, todos traemos aplicaciones tecnológicas de física cuántica en nuestros bolsillos, como los teléfonos inteligentes.

Esta disciplina se enfoca en el comportamiento de la materia y la energía a escalas extremadamente pequeñas, como átomos y partículas subatómicas. No abarca sólo a la física, sino que incluye a la química, la computación, los materiales y la tecnología.

Aplicaciones prácticas

Aunque surgió un poco antes, se considera que 1925 fue crucial, ya que durante ese año surgieron formulaciones fundamentales que le permitieron consolidarse. Desde entonces, la constante ha sido el avance teórico, experimental y tecnológico con aplicaciones prácticas.

Cetto señaló que uno de los impactos esperados de la celebración este año es que los gobiernos, el sector industrial y los tomadores de decisiones emprendan acciones para aprovechar los beneficios que se derivan de esta ciencia.

Hasta ahora, la física cuántica se ha aplicado de forma amplia. Destaca el caso de la imagenología en la medicina diagnóstica y la terapia de recuperación. En el sector de la energía, ha dado pie al desarrollo de superconductores que permiten la transmisión de electricidad sin pérdidas, mientras en la comunicación se usa la criptografía para garantizar la seguridad en las transacciones financieras y la defensa.

Las aplicaciones de las que disfrutamos hoy son resultado de la física teórica de hace un siglo. Estamos volcados en las herramientas, cuando deberíamos prestar atención al desarrollo teórico porque sólo eso nos dará una base sólida para seguir creando, sostuvo.

También mencionó que hasta ahora los países industrializados son los que más pueden beneficiarse de este campo. En tanto, otras naciones continúan en una situación de dependencia tecnológica y económica. Seguimos comprando del exterior productos basados en la ciencia cuántica.

Mientras Estados Unidos y China están haciendo grandes inversiones en proyectos como los procesadores cuánticos de Google y las ambiciosas iniciativas de China en criptografía cuántica, otros países aún no trabajan en estos temas.

La experta planteó que un acercamiento con el sector secundario y los responsables de la política científica permitirá que los países en vías de desarrollo alcancen una soberanía tecnológica y sean menos dependientes de las naciones industriales.

Hizo hincapié en que para revertir esta disparidad es oportuno que los países revisen sus planes de estudio y las estrategias de divulgación para que la población pueda comprender la relevancia de esta área del conocimiento.

¿Por qué los universitarios deben esperar hasta el final de la carrera para conocer sus principios fundamentales cuando sus aplicaciones están al alcance de las manos?, cuestionó.

El Año Internacional de la Ciencia y Tecnología Cuántica, enfatizó Cetto, es sobre todo una oportunidad para inspirar a los jóvenes científicos a adentrarse en esta disciplina, especialmente para aquellos interesados en temas como el espacio, la observación de los astros y el origen del universo, donde la física cuántica desempeña un papel clave.

A través de conferencias, programas de divulgación y eventos educativos a nivel global, los científicos jóvenes no sólo podrán comprender los principios básicos de esta área, sino que también verán las posibilidades reales de impactar en la computación, la biomedicina o la inteligencia artificial.

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