Greenpeace instó este martes a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) a revisar el contrato que hizo el gobierno federal con la empresa Susoma Soluciones Ambientales, valuado en 9 millones de pesos, en el que se establece el servicio de “manejo de fauna nociva” para desarrollar operaciones ferroviarias en el Tren Maya, lo que permitiría ahuyentar, capturar o sacrificar a las especies silvestres en la zona, entre ellas el jaguar, tapir y el venado.

Carlos Samayoa, campañista por la Selva Maya en Greenpeace México, indicó en un comunicado que el objetivo de la revisión es “para garantizar el cumplimiento de las normas ambientales y urgimos al gobierno mexicano a reconsiderar el enfoque de sus prácticas para garantizar mecanismos efectivos de protección de la biodiversidad en la Península de Yucatán”.

La organización detalló en su texto que en los últimos días se revelaron los detalles del contrato TM-CGRMSG-SVS-0200/204, otorgado por Tren Maya, S.A. DE C.V. a Susoma Soluciones Ambientales, y el cual se divide en siete partidas de trabajo, cada una por tramo desde Palenque, Chiapas, hasta Escárcega, Campeche.

Precisó que la controversia se generó por el derecho que se le otro a la empresa para el “control de fauna”, lo da apertura a la interpretación que permite clasificar animales nativos de la selva como el jaguar, el tapir y el venado como “peligrosos” para las operaciones de la estructura ferroviaria del tren. Agregó que hay un apartado en particular que menciona el sacrificio bajo la Norma Oficial Mexicana 033-SAG/ ZOO-2014.

Señaló que de esta manera la empresa ejecuta un contrato “para perturbar a las especies de la región a través de ‘estrategias de ahuyentamiento’ mediante el uso de feromonas, ruidos y pirotecnia, con la finalidad de evitar la presencia de fauna que comprometa las operaciones del tren.

“La fauna no puede ser clasificada como nociva en su propio hábitat. Este enfoque bajo el que opera el Tren Maya es contrario a los principios esenciales para la protección de la biodiversidad, apuntó.

Resaltó que también se plantea un “trampeo sistémico” para la captura de mamíferos y aves, mediante el uso de sistemas tipo Tomahawk, la instalación de redes de caída y transversales, así como el uso de dardos tranquilizantes. “Este desplazamiento forzado está ocurriendo en los polígonos y corredores que han formado parte del hábitat de las especies de la región”, señaló.

“Las políticas públicas deben enfocarse en preservar hábitats y garantizar corredores biológicos para las especies que se han visto afectadas y que se encuentran amenazadas, lo cual puede ser el inicio de un trabajo orientado a lograr una verdadera protección del entorno y las especies que lo habitan”, comentó.

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