Ciudad de México. Organizaciones civiles instalaron una ofrenda en memoria de las miles de personas que han muerto por causas asociadas al consumo de alcohol, tabaco y consumo de bebidas y alimentos ultraprocesados. Exhortaron al gobierno federal a fortalecer las políticas públicas de prevención y protección a la salud, con impuestos saludables y regulación para la venta y consumo de estos productos.

Juan Arturo Sabines, coordinador de la Red de Acción sobre Alcohol (RASA) señaló que más de 36 mil personas pierden la vida cada año por el consumo nocivo de bebidas alcohólicas, lo que en parte se debe a la alta disponibilidad de estos productos en el país.

Durante el acto realizado frente a la antigua sede de la Secretaría de Salud en la calle de Lieja y Paseo de la Reforma en la Ciudad de México, Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor, destacó que sólo las tiendas OXXO cuentan con alrededor de 23 mil puntos de venta en horario completo. Además se ha normalizado la venta de bebidas en las calles de los pueblos mágicos y en tianguis, señaló Sabines, quien insistió en la necesidad de regular el expendio de estas mercancías. Como consecuencia de la facilidad con que se adquieren, México pasó de patrones esporádicos de consumo a uno excesivo, sobre todo en menores de edad.

Hace 20 o 30 años, dijo, por cada hombre adolescente había una mujer que consumía alcohol; actualmente la relación es de uno a uno. Hay evidencia de que esa disponibilidad de las bebidas embriagantes tiene consecuencias en el deterioro del tejido social, el aumento de la violencia familiar, de pareja y en las calles, así como en los accidentes. También provoca ausentismo laboral y baja productividad.

Calvillo sostuvo que ante esta realidad, “no hay recursos económicos que alcancen” para hacer frente a los daños a la salud por esta causa y por los otros factores: tabaquismo, bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados, los cuales también son causa directa enfermedades graves y muertes.

De ahí la necesidad de una política múltiple que regule el consumo de estas mercancías, cuya elaboración, además, provoca destrucción ambiental por el consumo de agua y la generación de desechos plásticos.

Sabines también señaló que la política pública debe incluir la regulación de la publicidad para no permitir más los anuncios de bebidas alcohólicas como patrocinadores de eventos deportivos y festivales de música a donde acuden, mayoritariamente, personas jóvenes.

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