Londres. El Banco de Inglaterra (BoE) recortó el jueves su tasa de interés, por segunda vez este año, llevándola a 4.75 por ciento, motivado por el cumplimiento de los objetivos de inflación.

“Si la economía evoluciona como esperamos, es probable que las tasas de interés continúen bajando gradualmente”, declaró el gobernador de la institución monetaria, Andrew Bailey.

Sin embargo, reiteró la importancia de “no reducir las tasas demasiado rápido o en exceso” para mantener la inflación cerca del objetivo de 2 por ciento fijado por el BoE.

La inflación en el Reino Unido cayó en septiembre a 1.7 por ciento interanual, su nivel más bajo en tres años.

También el Banco de Suecia redujo su tipo de interés oficial de 3.25 a 2.75 por ciento, tal y como se esperaba, y afirmó que, si las perspectivas económicas y de inflación se mantienen, podría rebajarlo también en diciembre y en el primer semestre de 2025.

El ritmo de la inflación —que alcanzó un máximo de más de 10 por ciento a finales de 2022— se ha situado muy por debajo del objetivo de 2 por ciento fijado por el banco central, mientras que la economía sueca se ha estancado y muestra pocos signos de recuperación a corto plazo.

“Es importante en sí mismo que la actividad económica se fortalezca, pero también es una condición necesaria para que la inflación se estabilice cerca del objetivo”, dijo el Riksbank en un comunicado.

La política monetaria noruega contrasta con la de otros bancos centrales occidentales. Así, el Banco de Noruega mantuvo sin cambios su tipo de interés oficial en 4.50 por ciento, su nivel más alto en 16 años, tal y como esperaban unánimemente los analistas en un sondeo de Reuters, y reiteró que se mantendrá a la espera hasta finales de año.

“El comité considera que sigue siendo necesaria una política monetaria restrictiva para reducir la inflación hasta el objetivo en un horizonte temporal razonable”, señaló el banco central en un comunicado.

 

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