Washington. La inflación en Estados Unidos, medida con el índice PCE, retrocedió ligeramente en mayo a 2.6 por ciento anual, frente al 2.7 por ciento de abril, informó este viernes el Departamento de Comercio. Un modesto aumento del costo de los servicios se vio compensado por la mayor caída de los precios de los bienes en seis meses, lo que acerca a la Reserva Federal a empezar a recortar las tasas de interés a finales de este año.

En el balance mensual el índice de precios de los gastos de consumo personal (PCE) –el más seguido por la Reserva Federal (Fed) para vigilar la inflación– se ubicó en cero, frente a 0.3 por ciento del mes anterior.

El PCE evolucionó en el mismo sentido que el índice de precios al consumo (IPC), publicado a principios de mes y al que se indexan las pensiones, que se desaceleró hasta 3.3 por ciento anual y cayó a cero en un mes.

Excluyendo los datos volátiles sobre alimentos y energía, la llamada inflación subyacente cayó en mayo a 2.6 por ciento anual, frente a 2.8 por ciento del mes anterior, y hasta 0.1 por ciento mensual frente a 0.3 por ciento previo.

Los datos resultaron en línea con lo esperado por analistas y resultan alentadores después que las fuertes subidas de precios de principios de año suscitaran dudas sobre la eficacia de la política monetaria de la Fed.

La inflación será un tema importante para los estadunidenses cuando voten para elegir a su próximo presidente, el 5 de noviembre.

El informe del Departamento de Comercio también mostró que el gasto de los consumidores aumentó marginalmente el mes pasado. El dato fortaleció las expectativas de que el banco central estadunidense logre el tan deseado “aterrizaje suave” de la economía, en el que la inflación caiga sin desencadenar una recesión y un fuerte aumento del desempleo.

Las apuestas a un recorte de tasas en septiembre subieron a 66 por ciento tras el reporte. “Esto ayuda al argumento de que la inflación parece comportarse mejor, lo que podría abrir la puerta a recortes de los tipos de interés más adelante este año”, dijo James Knightley, economista jefe internacional de ING.

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