Los Ángeles. Cinco personas murieron y más de mil estructuras quedaron destruidas por los incendios forestales que arrasaron más de 4 mil 775 hectáreas en Los Ángeles. Las llamas, que se propagan fuera de control a una velocidad equivalente a cinco campos de futbol por minuto, quemaron casas y negocios mientras los residentes, incluidas muchas celebridades, huían del humo. Más de 80 mil personas tuvieron que ser evacuadas.
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Pacific Palisades, lujoso suburbio codiciado por estrellas de Hollywood, se convirtió en un infierno por el incendio más destructivo en la historia moderna de Los Ángeles, el cual arrasó manzanas enteras.
Aunque miles de bomberos combaten las llamas, las autoridades pidieron ayuda al personal fuera de servicio y de otros estados, mientras se reporta que comienza a agotarse el agua. El jefe de bomberos del Condado de Los Ángeles, Anthony Marrone, admitió que no había el equipo humano suficiente para hacer frente a la emergencia que se vive también en Eaton, Hurst y Woodley, indicó La Opinión de Los Ángeles.
La compañía AccuWeather estimó que los daños preliminares y las pérdidas económicas se ubican entre 52 mil y 57 mil millones de dólares.
El incendio comenzó en Palisades a las 10:30 (hora local) del martes; 30 mil residentes fueron evacuados y cientos de estructuras quedaron destruidas.
En Eaton se desató horas más tarde; a las 18:20; ahí, 52 mil personas fueron desalojadas de su hogar y 100 edificios se convirtieron pronto en cenizas.
Para las 22:30 el fuego ya se había extendido a Hurst.
Woodley amaneció ayer (6:15) entre las llamas; si bien no hubo órdenes de evacuación, las autoridades pidieron a la población mantenerse alerta.
Los llamados vientos de Santa Ana son comunes en el sur de California durante los meses más fríos; secos, cálidos e impetuosos provienen del noreste y soplan desde el interior hacia la costa y mar adentro, desplazándose en dirección opuesta al flujo costero normal que lleva aire húmedo del océano Pacífico hacia la región. Por eso la extrema falta de humedad en el aire hace que la vegetación se seque y se vuelva susceptible al fuego.
La velocidad del viento –entre 70 y 145 kilómetros por hora– aviva cualquier chispa hasta convertirla en un incendio que se propaga con rapidez. Los aviones que combaten los incendios no han pudieron despegar durante horas debido a las ráfagas, y ayer por la tarde reanudaron operaciones.
La magnitud de las llamas desafía incluso las reservas de agua de la ciudad. Varios hidrantes se secaron en medio del combate al fuego y el Servicio de Agua y Electricidad de Los Ángeles pidió a los ciudadanos ahorrar el recurso.
Las autoridades advirtieron que la situación está lejos de mejorar. El suceso climático que precipitó estos incendios continúa
, refirió el meteorólogo Daniel Swain.
Estos incendios están llevando al límite los servicios de emergencia
, admitió Kristin Cowley, del departamento de bomberos.
Ayer la ciudad amaneció con aspecto apocalíptico, cubierta por nubes grises y anaranjadas, sin servicio eléctrico, árboles caídos y lujosas casas colapsadas.
Durante la evacuación de Palisades hubo caos: cientos de vecinos abandonaron sus coches en medio de la carretera ante el rápido avance del fuego, lo que obstaculizó el trabajo de bomberos.
La gente salía de los coches con sus perros y bebés y maletas. Lloraban y gritaban
, comentó Kelsey Trainor, quien escapó mientras caían cenizas a su alrededor.
Martin Sansing y su esposa llenaron de ropa una bolsa de plástico y abandonaron su casa de cuatro habitaciones comprada hace 15 años.
El fuego bajó muy rápido por la colina, empaqué unas cajas con fotos familiares, agarramos al gato y nos fuimos
, narró Arlinda Henderson, de 76 años.
Al cierre de esta edición las colinas de Hollywood eran evacuadas ante la llegada del fuego.