Beirut. Hezbollah lanzó ayer más de 100 cohetes hacia el norte de Israel, en lo que uno de sus líderes principales llamó una batalla abierta de ajuste de cuentas. Algunos de los cohetes aterrizaron cerca de la ciudad de Haifa; uno dio en un edificio residencial en Kiryat Bialik, donde lesionó al menos a tres personas e incendió edificios y automóviles.

El ataque vino después de operaciones israelíes en Líbano que han causado docenas de muertos, entre ellos un veterano comandante de Hezbollah, y de un ataque sin precedente dirigido a los dispositivos de comunicación del grupo. Sirenas de incursión aérea en el norte de Israel enviaron a cientos de miles de personas en desbandada hacia refugios.

Durante la noche y hasta primeras horas de la mañana, unos 150 cohetes, misiles de crucero y drones fueron disparados hacia territorio israelí, indicó el ejército en un comunicado, y añadió que los proyectiles fueron dirigidos hacia zonas civiles, lo que apuntaba a una posible escalada después de que los ataques anteriores se dirigieran principalmente a objetivos militares.

Las autoridades isralíes dispusieron la suspensión de clases en el norte del país y el traslado de hospitales hacia zonas seguras bajo tierra.

El primer ministro Benjamin Netanyahu dijo que Israel realizará cualquier acción necesaria para restaurar la seguridad y permitir que la gente regrese a sus hogares. Ningún país puede aceptar el envío gratuito de cohetes a sus ciudades. Nosotros tampoco podemos aceptarlo, afirmó.

Si Hezbollah no ha entendido el mensaje, prometo que lo hará. Estamos decididos a lograr la vuelta de nuestros residentes a sus hogares en el norte del país, declaró.

El ministro de Salud de Líbano informó que tres personas murieron y cuatro resultaron heridas en ataques israelíes, sin precisar si se trató de civiles o combatientes.

Naim Kassem, dirigente sustituto de Hezbollah, expresó que su grupo se encuentra ahora en una batalla abierta de ajuste de cuentas con Israel. “Reconocemos que estamos dolidos. Somos humanos. Pero, así como nosotros estamos dolidos… ustedes lo estarán también”, expresó Kassem en el funeral del comandante Ibrahim Aqil. Añadió que los cohetes lanzados ayer eran sólo el principio y juró destruir la economía israelí.

El viernes, un ataque israelí en Beirut mató a Aqil, de 61 años, y a docenas de personas, entre ellas mujeres y niños, y pocos días antes un sofisticado ataque contra Hezbollah, causó la explosión de miles de bípers y radios portátiles.

Aqil había estado durante años en la lista de personas más buscadas por Estados Unidos, debido a su presunta participación en el ataque con bombas a la embajada de Washington en Beirut y la captura de rehenes estadunidenses y alemanes en Líbano durante la guerra civil de la década de 1980.

Pocos días antes del ataque en Beirut, un sofisticado operativo contra Hezbollah causó la explosión de miles de bípers y walkie-talkies de sus militantes en Líbano y Siria, matando a más de 40 personas y dejando cerca de 3 mil heridos. Esta acción fue atribuida a Israel, tanto por el grupo chiíta como por fuentes oficiales estadunidenses citadas por diversos medios.

Israel no se pronunció de inmediato, sino hasta ayer, cuando el presidente Isaac Herzog rechazó de plano cualquier lazo entre su país y lo sucedido, y agregó que Hezbollah tiene muchos enemigos.

Los grupos armados pro iraníes que integran la resistencia islámica en Irak reivindicaron ayer ataques con drones contra Israel, que por su parte dijo que interceptó varios objetos voladores sospechosos procedentes de Irak. Durante la noche, varios objetos voladores sospechosos se acercaron a Israel desde Irak, reportó el ejército israelí, e indicó que fueron interceptados y que no se reportaron heridos.

Israel y Hezbollah han intercambiado fuego desde el estallido de la guerra en Gaza, hace casi un año, cuando el grupo militante comenzó a disparar cohetes en solidaridad con los palestinos y con su aliado Hamas, apoyado por Irán. El combate de baja intensidad ha causado la muerte de docenas de personas en Israel y cientos en Líbano, y desplazado a cientos de miles en ambos lados de la frontera.

Hasta hace poco, no se creía que alguno de los dos lados buscara una guerra abierta, y Hezbollah se había abstenido de atacar Tel Aviv o alguna infraestructura civil importante. Sin embargo, en semanas recientes Israel ha cambiado su atención de Gaza a Líbano. Hezbollah ha dicho que sólo detendrá sus ataques si la guerra en Gaza termina, pero un alto el fuego ahí se ve cada vez más elusivo.

La guerra comenzó con la incursión de Hamas en Israel, el 7 de octubre, en la que militantes palestinos dieron muerte a mil 200 personas y capturaron a 250 en rehenes. Aún retienen a 100 cautivos, de los cuales se cree que la tercera parte han muerto.

Más de 41 mil palestinos han perecido, de acuerdo con el ministerio de Salud de Gaza, operado por Hamas. No precisa cuántos eran combatientes, pero asegura que mujeres y niños constituyen más de la mitad de los caídos.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya

Israel desató su oleada de ataques aéreos más extendida contra Hezbolá, matando por lo menos 100 personas, cuando los ataques transfronterizos entre ambas partes continúan en aumento. Vía Graphic News

 

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