Hezbolá amenazó este martes con llevar a cabo ataques en “todo” Israel, que intensifica los bombardeos de bastiones del movimiento islamista proiraní y en otros puntos de Líbano.
En un discurso, el número dos de Hezbolá, Naim Qasem, afirmó que “la solución” para poner fin a la guerra en Líbano es “un alto el fuego”, y aseguró que su movimiento no será “derrotado”.
“Ya que el enemigo israelí apuntó contra todo Líbano, tenemos derecho, desde una posición defensiva, a apuntar contra cualquier lugar” de Israel, “ya sea el centro, el norte o el sur”, señaló Qasem.
Después de casi año de enfrentamientos armados con Hezbolá en la frontera israelí-libanesa y después de debilitar a Hamás en la Franja de Gaza, a mediados de septiembre el ejército israelí puso el foco de la guerra en Líbano, donde ha intensificado sus ataques contra los bastiones del movimiento chiita.
El objetivo es alejar a Hezbolá de las regiones fronterizas entre Líbano e Israel y poner fin al lanzamiento de cohetes para que puedan regresar a sus casas los cerca de 60.000 israelíes desplazados.
Para ello, emprendió el 23 de septiembre una intensa campaña de bombardeos aéreos contra feudos del movimiento proiraní, y el 30, una ofensiva terrestre en el sur del país.
El primer ministro libanés, Najib Mikati, declaró el martes a AFP que Israel está llevando a cabo “breves incursiones” en el sur y añadió que su país está dispuesto a reforzar sus tropas en esa región, fronteriza con Israel, si se produce “un alto el fuego”.
Mikati agregó que su gobierno reforzó las medidas de seguridad en el aeropuerto internacional de Beirut para “quitarle cualquier pretexto” a Israel si pretende atacarlo.
El ejército israelí acusó a Irán de intentar suministrar armas a Hezbolá a través de ese aeropuerto, y aseguró que impediría esos intentos. Las autoridades libanesas desmintieron esas acusaciones.
“Noche violenta”
El ejército israelí lanzó el martes varios ataques en el sur del país y en la región de Becá (este), donde dejó inoperativo un hospital en la ciudad de Baalbeck, según la agencia oficial de noticias libanesa ANI.
“Fue una noche violenta en Baalbeck, no habíamos vivido una como esta desde la guerra de 2006” entre Israel y Hezbolá, dijo Nidal al Solh, de 50 años.
Por su parte, la ONU reclamó que se investigue un bombardeo israelí ocurrido el lunes en la aldea cristiana de Aito, en el norte de Líbano, que dejó que dejó 22 muertos, incluyendo 12 mujeres y dos niños, según la ONU.
En total, los bombardeos israelíes del lunes en Líbano causaron 41 muertos y 124 heridos, según el Ministerio libanés de Salud.
Desde el 23 de septiembre, al menos 1.356 personas han muerto en Líbano, según un recuento a partir de cifras oficiales.
La ONU ha reportado casi 700.000 desplazados.
En el sur del país, la fuerza de mantenimiento de la paz de la ONU, la Finul, decidió mantener sus posiciones pese a los tiros del ejército israelí contra sus posiciones y a que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, hubiera pedido que evacuaran la zona.
Hezbolá indicó este martes que disparó cohetes contra Haifa y otras regiones del norte de Israel y reportó combates con soldados “infiltrados” en el sur de Líbano.
También dijo que disparó misiles contra “tres topadoras y un tanque” del ejército israelí, que resultaron incendiados, cerca de una aldea del sur de Líbano.
“Interés nacional”
Al tiempo que continúan su guerra contra Hezbolá en Líbano y contra Hamás en la Franja de Gaza, los israelíes siguen preparando una respuesta al ataque de Irán del 1 de octubre, cuando la República Islámica lanzó cerca de 200 misiles contra Israel.
Netanyahu afirmó este martes que su país decidirá en solitario cuáles serán los objetivos de un eventual ataque contra Irán, después de que el presidente estadounidense, Joe Biden, lo instara a no apuntar contra sitios petroleros ni nucleares.
“Escuchamos las opiniones de Estados Unidos, pero tomaremos nuestras decisiones finales en función de nuestro interés nacional”, dijo Netanyahu.
Irán sostiene que atacó a Israel para vengar las muertes del general iraní Abás Nilforoushan y del jefe de Hezbolá, Hasán Nasralá, abatidos el 27 de septiembre en un bombardeo israelí en un suburbio al sur de Beirut.
El ataque iraní también buscaba vengar la muerte del jefe de Hamás, Ismail Haniyeh, muerto el 31 de julio en Teherán en un ataque que Irán y el movimiento islamista palestino atribuyeron a Israel.
Durante el funeral de Abás Nilforoushan este martes en Teherán, el comandante iraní Esmail Qaani reapareció en público, después de que los medios afirmaran que fue blanco de ataques israelíes el 4 de octubre en el sur de Beirut.
El ataque de Hamas el 7 de octubre de 2023 mató a 1.206 personas en Israel, en su mayoría civiles, según un recuento basado en cifras oficiales israelíes y que incluye los rehenes que murieron en cautiverio en Gaza.
Al menos 42.344 palestinos han muerto, en su mayoría civiles, en la ofensiva de represalia israelí en Gaza, según datos del Ministerio de Salud del gobierno de Hamás, considerados fiables por la ONU.