Cedar Key., Millones de estadunidenses continuaban ayer sin electricidad y muchos enfrentaban inundaciones “catastróficas”, mientras los remanentes del potente huracán Helene azotaban algunos estados del país, que tras su paso dejó al menos 56 muertos.

El mandatario estadunidense, Joe Biden, expresó ayer estar “profundamente entristecido por las pérdidas humanas y la devastación causadas por el huracán Helene”, además auguró que “el camino hacia la recuperación será largo”.

La Casa Blanca aseguró en un comunicado que tanto el presidente, como la vicepresidenta y candidata demócrata en las elecciones de noviembre, Kamala Harris, “están siguiendo de cerca” la situación y aseguró que el Ejecutivo “sigue centrado en los esfuerzos de respuesta para salvar y mantener la vida en todo el sureste”.

En Cedar Key, una isla de apenas unos cientos de habitantes en la costa oeste de Florida, los tejados de las casas fueron arrancados y las paredes abiertas de golpe.

“Muchas casas han desaparecido, el mercado ha desaparecido. La oficina de correos ha desaparecido. Es una verdadera tragedia, y va a ser difícil reconstruir”, comentó Gabe Doty, un empleado municipal, a la agencia informativa Afp.

En el condado de Pinellas, cerca de Tampa, en rueda de prensa el alguacil Bob Gualtieri describió la destrucción, “como una zona de guerra”.

Al menos 22 personas murieron en Carolina del Sur, 17 en Georgia, 11 en Florida, dos en Carolina del Norte y una en Virginia, según un balance elaborado por Afp a partir de declaraciones de las autoridades locales.

En tanto, más de 50 personas fueron rescatadas del tejado de un hospital en el condado de Unicoi, Tennessee, a unos 200 kilómetros al noreste de Knoxville, de acuerdo con información de autoridades estatales, después de que las aguas inundaran la comunidad rural.

A su vez, unos 3.25 millones de clientes se despertaron la madrugada de ayer sin electricidad en cinco estados y las autoridades advirtieron que pasarán varios días antes de que los servicios se restablezcan por completo.

Según Moody’s Analytics, se prevén entre 15 mil y 26 mil millones de dólares en daños materiales, mientras la estimación preliminar de AccuWeather de los daños totales y las pérdidas económicas de Helene en Estados Unidos se sitúa entre 95 mil y 110 mil millones de dólares.

Las inundaciones y deslizamientos de tierra a consecuencia de las fuertes lluvias que azotan Nepal dejaron al menos 66 muertos y 79 desaparecidos, los equipos de rescate continúan la búsqueda de víctimas, informaron ayer autoridades policiales.

Entre los decesos hay 34 confirmaciones en la capital, otros 18 en el de Lalitpur, 14 en Kavre, 5 en Bhaktapur, cinco en Panchthar, cuatro en Sindhupalchowk, tres en Dolaja, dos en Dhankuta y Solujumbu y una en Sunsari, Dhading, Sindhuli y Jhapa.

Además hay decenas de lesionados, según un último balance publicado por el

superintendente de la Policía Bishwo Adhikari, que citó el diario The Katmandú Post. Las personas rescatadas suman mil 53, según el recuento oficial solo en los distritos del valle de Katmandú.

En tanto, el vocero del ministerio del Interior, Rishiram Tiwari, informó ayer que tres carreteras, entre ellas la principal carretera Prithvi, que conecta Katmandú con el resto del país, está bloqueada por deslizamientos de tierra y se trabaja con equipo pesado para intentar abrir las rutas.

Las catástrofes por la lluvia son comunes en el sur de Asia durante la temporada de monzones, de junio a septiembre, pero los expertos aseguran que el cambio climático aumenta su frecuencia y gravedad.

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