Los resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2020-2023 revelan que en México la población sin seguridad social que resolvió sus necesidades de atención en el primer nivel de salud en servicios privados fluctuó entre 66 y 55 por ciento en el periodo de 2012 a 2022.

Se estima que las principales causas por las que no se acude a un servicio público, en 70 por ciento, corresponde a barreras de acceso como: citas, distancia, falta de servicio necesario y falta de disponibilidad en el horario requerido.

Durante la presentación de los principales hallazgos, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud de la Secretaría de Salud, Ruy López Ridaura, reconoció que aún hay una cobertura insuficiente, pero también destacó los esfuerzos por garantizar atención con el IMSS-Bienestar a la población más vulnerable, y que cuente con clínicas de salud dignas, personal de salud los siete días de la semana y abastecimiento de medicinas e insumos médicos.

Por su parte, el director general del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), Eduardo César Lazcano Ponce, destacó la necesidad de fortalecer el sistema público de salud y pasar a una medicina más preventiva que curativa, pues recordó que en las próximas décadas se triplicarán los 17 millones de habitantes con más de 60 años de edad que enfrentan sobrepeso y obesidad, así como el porcentaje de población con hipertensión y diabetes.

“Debemos pasar a un nuevo enfoque multisectorial en salud para garantizar un sistema de salud que atienda los riesgos y que no sea solo curativa”, por lo que llamó a que la recomendaciones emitidas en esta Ensanut sean consideradas en la elaboración del próximo Plan Nacional de Salud.

Respecto al acceso a los servicios básicos de salud, Arantxa Colchero, investigadora del INSP, destacó que los más pobres son quienes más recurren a los servicios privados de salud, en particular la población más vulnerable, principalmente a través de los llamados Consultorios Adyacentes a Farmacia (CAF) que “están poco regulados, y que tienen incentivos para sobremedicar o recomendar fármacos que no se requieren a los pacientes, que los van a adquirir en las farmacias donde está el consultorio”.

Agregó que en un análisis del Seguro Popular, creado en 2003, pero cuyo incremento en la demanda despegó en 2006, no tuvo un impacto sustancial, pues en 2012 reportó 36 por ciento de atención al total de quienes solicitaron servicios de salud, cifra que pasó a 38 por ciento en 2018.

Otro de los hallazgos de la Ensanut revela que 36.5 por ciento de la población en edad escolar tiene sobrepeso y obesidad, cifra que se eleva a 40.4 por ciento en los adolescentes. Alerta que el consumo de azúcares añadidos es muy alto en estos sectores de la población, pues más de 60 por ciento supera la recomendación de consumo de la Organización Mundial de la Salud de menos del 10 por ciento de su ingesta de energía.

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