Washington y Nueva York. El presidente-electo Donald Trump llegará a la Casa Blanca con sus promesas de campaña de imponer nuevos aranceles comerciales a México si la presidenta Claudia Sheinbaum no cumple con sus demandas, realizar deportaciones masivas que podrían provocar una depresión económica en México, acciones militares contra los cárteles en México y una revisión radical del T-MEC.
“México nos ha invadido”, al permitir el ingreso de inmigrantes y drogas ha repetido durante días y acusó: “nos está estafando” al beneficiarse a través del tratado comercial. “Vamos a sellar la frontera, y rápido”, indicó.
“De inmediato el presidente Trump puede poner tantas cosas en funciones nuevamente, por eso la gente está tan optimista”, explicó Jason Miller, asesor de alto rango del presidente electo en entrevista este miércoles con NBC News. “Todas las políticas de seguridad fronteriza que teníamos con el presidente Trump, sencillamente él puede prenderlas de nuevo e implementarlas tal como estaban antes”.
Trump impuso 472 órdenes ejecutivas durante su primer periodo como presidente, según el conteo del Migration Policy Institute (MPI) en Washington. Preguntados por cuáles órdenes se podrían implementar primero, Michelle Mittelstadt, vocera de MPI, informó a La Jornada que “inicialmente, intentarán reinstalar Permanece en México”. Pero advirtió que ese programa, que obliga a migrantes que buscan el asilo en Estados Unidos a esperar en México mientras sus solicitudes son procesadas, sigue en litigio en Estados Unidos y que reactivar esa medida requiere la cooperacion de México.
Kathleen Bush-Joseph, analista de politicas en MPI, señaló que otras órdenes ejecutivas que Trump podría restablecer de inmediato incluyen ampliar el proceso de deportación expedita sin audiencia ante un tribunal, y el Título 42, la medida empleada durante la pandemia para expulsar migrantes en más de 3 millones de ocasiones, “Stephen Miller ha dicho que el gobierno de Trump lo reinstalará”, dijo en referencia al principal arquitecto de las medidas antimigrantes de Trump ahora y cuando era presidente.
El primer cambio en política bilateral será en el tono. Mientras que el gobierno de Joe Biden gozó en general de una relación cordial y hasta sólida con sus contrapartes en México, el estilo de negociación de Trump casi siempre empieza con amenazas. En esta última semana, amenzaó directamente a la Presidenta Sheinbaum con escalar los aranceles si ella no cumple con sus demandas de frenar el flujo migratorio en la frontera estadunidenses (https://www.jornada.com.mx/2024/11/05/politica/007n1pol). Y a lo largo de los últimos dos años, el ex presidente ha mencionado como opciones el uso de fuerza militar estadunidense contra los cárteles del narcotráfico en México.
En sus mítines de campaña, Trump repitió cómo el Presidente Andrés Manuel López Obrador resistió su exigencia de desplegar tropas mexicanas en la frontera para frenar el flujo migratorio, pero aseguró que después de amenazar con imponer aranceles sobre importaciones desde México, el presidente mexicano aceptó su demanda.
Pero la promesa de Trump de deportaciones masivas es la que podría provocar mayor daño. El plan para deportar hasta un millón de indocumentados cada año crearía problemas económicos del orden de una depresión en Estados Unidos, pero en México el freno de remesas, el retorno de trabajadores a sus comunidades de origen y el desplome en el mercado de exportaciones mexicanas en Estados Unidos que esto implicaría, sería devastador, según un análisis de la Universidad de California en Los Ángeles [https://www.jornada.com.mx/noticia/2024/10/31/mundo/deportaciones-masivas-danarian-a-eu-y-devastarian-a-mexico-expertos-520].
En comentarios más recientes, Trump ha buscado modificar un poco sus promesas de deportar a todos los indocumentados en el país. Aunque insiste en que “sellaremos la frontera”, en su discurso de triunfo agregó que “queremos que la gente regrese… tenemos que dejarlos que regresen, pero tienen que llegar legalmente”.
Miller ha repetido que bajo un gobierno de Trump, se necesitara desplegar fuerzas armadas y establecer centro de detención enormes para lograr deportar a por lo menos un millón de personas anualmente. Pero aun si esto no se hace a la escala que amenaza Trump, la retórica de Miller y Trump está generando desde ahora un clima de terror y preocupación entre inmigrantes mexicanos y de otros países que residen en Estados Unidos.
Analistas aquí señalan que, a pesar de la retórica, México y Estados Unidos han pasado por un gobierno de Trump anteriormente, y que al ahora presidente electo le gusta repetir que López Obrador era “un buen hombre, a pesar de ser un socialista”. Pero la relación será manejada del lado estadunidense en torno a lo que Trump cree que necesita de México para fines políticos en su país.