Río de Janeiro. Diez personas murieron y 21 están desaparecidas a causa de las fuertes lluvias caídas esta semana en el sureño estado brasileño de Rio Grande do Sul, y el gobierno local advierte de que la situación es crítica y podría empeorar aún más.

En una rueda de prensa celebrada este miércoles, el gobernador del estado, Eduardo Leite, aseguró que había hablado con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva para solicitar toda la ayuda federal posible.

“Estamos viviendo el peor momento en Rio Grande do Sul, el peor desastre de nuestra historia. Es absolutamente, absurdo, extraordinariamente grave lo que está ocurriendo en Rio Grande do Sul en este momento”, dijo Leite. “Y, desgraciadamente, va a empeorar”.

Lula tiene previsto viajar al estado el jueves.

Según el gobernador, las tormentas causaron la mayor devastación en el estado en los últimos años, dejando a varias ciudades aisladas después de que los puentes se derrumbaran y las carreteras quedaran destruidas en medio de inundaciones y deslizamientos de tierra.

Leite anunció la suspensión de las clases en todo el estado durante el resto de la semana y recalcó que solicitó el pleno apoyo de las fuerzas armadas “para participar eficazmente en la coordinación de este momento, que es similar a enfrentarse a una guerra”.

Las autoridades informaron de más de 3 mil 400 personas desplazadas tras las tormentas que provocaron la crecida del nivel de los ríos e inundaciones en varias partes del estado, afectando a 114 municipios.

En un informe sobre las condiciones hidrológicas este martes, el gobierno del estado predijo un riesgo de inundación “en prácticamente todo el estado” ante la perspectiva de que continúen las “fuertes precipitaciones” en los próximos días.

El boletín también decía que las inundaciones serían graves en las cuencas de muchos ríos, con la posibilidad de crecidas repentinas y movimientos masivos de tierra en regiones con fuertes pendientes.

 

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