París. En su discurso de toma de posesión ante el Parlamento, el nuevo primer ministro francés,  Michel Barnier, anunció este martes medidas de austeridad y mayores impuestos a las grandes empresas y a las personas más acaudaladas para reducir los elevados niveles de deuda y déficit públicos de Francia, la segunda mayor economía de la Unión Europea.

Su objetivo es equilibrar las cuentas públicas y recaudar entre 15 mil y 18 mil millones de euros adicionales, al tiempo que retrasará dos años, a 2029, la fecha para reducir el déficit hasta el objetivo de 3 por ciento prescrito por la Unión Europea.

Según estas informaciones adelantadas por el diario ‘Le Parisien’, el gobierno triplicará un tributo dirigido a las rentas más altas para movilizar unos 3 mil millones de euros e incrementaría la presión fiscal sobre las empresas, lo que generaría ingresos por 8 mil millones de euros. Además, planea aumentar el precio de la electricidad, elevar las obligaciones tributarias de las compañías energéticas y gravar las recompras de acciones.

La deuda pública aumentó en Francia a 112 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en el segundo trimestre de 2024, equivalente a 3.22 billones de euros (3.59 billones de dólares), según cifras oficiales.

Barnier dijo que su gobierno busca reducir el déficit francés, que se calcula actualmente en 6 por ciento del PIB, tras 5.5 por ciento en 2023. Espera bajarlo el próximo año a 5 por ciento y a menos de 3 por ciento para 2029. Para lograrlo, prometió reducir los gastos estatales, gastar el dinero más “eficientemente” y combatir la evasión fiscal y otros fraudes.

Francia tiene abierto en la Unión Europea un procedimiento disciplinario por su elevado nivel de desequilibrio fiscal.

Barnier lidera un gobierno en minoría formado por la alianza de centroderecha del presidente Emmanuel Macron y su propio partido conservador Los Republicanos (LR), cuya supervivencia depende de que la ultraderecha no apoye una moción de censura de izquierdas.

Ante el rechazo de los partidos que apoyan a su gobierno a un alza de los impuestos, el primer ministro precisó que “dos tercios” del esfuerzo para sanear las finanzas públicas procederá de la reducción del gasto público.

Pero anunció que pedirá una mayor participación temporal “a las grandes empresas que logran beneficios importantes”, tras siete años de política de reducción de impuestos del presidente Emmanuel Macron, y una “contribución excepcional” a las grandes fortunas.

Estos anuncios se empezarán a plasmar en detalle en el proyecto de presupuestos de 2025, que debe presentar en los próximos días y que representará su primera prueba de fuego para la supervivencia de su gobierno en Francia.

 

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