Jan Yunis., La fotografía de Reuters de Inas Abu Maamar, con el rostro enterrado en el cuerpo amortajado de su sobrina muerta Saly, de cinco años, fue tomada días después de que Israel iniciara su ofensiva militar contra Gaza.

Se convirtió en una de las imágenes más vívidas del sufrimiento palestino durante el año de bombardeos sobre Gaza, respuesta de Israel al ataque de Hamas del 7 de octubre.

Saly murió junto a su madre, su hermana -una bebé-, sus abuelos, su tío, su tía y tres primos. Desde entonces, Abu Maamar, de 37 años, también ha perdido a su hermana, muerta junto con sus cuatro hijos en un ataque aéreo en el norte de Gaza. Abu Maamar se mudó tres veces para evitar los bombardeos, y en una ocasión pasó cuatro meses viviendo en una tienda de campaña. Hoy volvió a su casa de Jan Yunis, en el sur de Gaza. Las grietas atraviesan el tejado ondulado; una cortina de ducha cubre un agujero del tamaño de una ventana en la pared.

“Perdimos cualquier asomo de esperanza”, comentó Abu Maamar, sentada entre escombros en el pequeño cementerio junto a la casa familiar. Bajo los escombros, dijo, estaba la tumba de Saly. “Ni siquiera la tumba era segura”.

El ataque de Hamas del 7 de octubre mató a unas mil 200 personas en Israel, en su mayoría civiles, y unas 250 personas fueron tomadas como rehenes, según los recuentos israelíes. La campaña de Israel en Gaza, con el objetivo declarado de acabar con Hamas, mató desde entonces al menos a 41 mil 500 personas, en su mayoría civiles, según las autoridades sanitarias palestinas.

El ejército israelí afirmó que su bombardeo de Gaza es necesario para aplastar a Hamas, a la que acusa de esconderse entre la población civil palestina. Hamas lo niega. Israel afirma que intenta reducir los daños a la población civil.

Ataque aéreo

Antes del 7 de octubre, Gaza se enfrentaba a un amplio bloqueo israelí tras la toma del territorio palestino por Hamas en 2007. Había poco trabajo y las importaciones estaban muy restringidas, pero su familia estaba asentada, dijo Abu Maamar.

Abu Maamar vivía con su marido cerca de la familia de su hermano Ramez, lo que le permitía pasar gran parte del tiempo con sus sobrinas Saly y Seba y su sobrino Ahmed. Al intensificarse los bombardeos cerca de la casa después del 7 de octubre, Ramez se refugió con su familia en casa de sus suegros, a 1 kilómetro de distancia. La casa fue alcanzada por un ataque aéreo al día siguiente. Cuando Abu Maamar se enteró, fue directamente al hospital Nasser de Jan Yunis. Allí vio a Ahmed, que entonces tenía 4 años, y lo cogió de la mano. Encontró a Saly muerta en el depósito de cadáveres.

“Intenté despertarla. No podía creer que estuviera muerta”, comentó. Fue allí donde el fotógrafo de Reuters Mohamed Salem tomó la foto de Abu Maamar acunando a su sobrina muerta, con el cuerpo envuelto en una sábana blanca. La imagen fue nombrada World Press Photo del año y ganó un premio Pulitzer junto con otras imágenes de Reuters del ataque del 7 de octubre y de la guerra en Gaza.

Desplazamientos

Israel dijo que había atacado 5 mil objetivos de Hamas en Gaza desde el 7 hasta el 17 de octubre, día del ataque aéreo que mató a Saly. Según las autoridades sanitarias palestinas, hasta ese momento habían muerto unas 3 mil personas, entre ellas 940 niños.

El ejército israelí no respondió a una solicitud de comentarios sobre el ataque que mató a Saly. Seis días después de su muerte, en un comentario sobre la muerte de otra familia en otro ataque aéreo en Jan Yunis, un portavoz del ejército israelí afirmó: “Hamas se ha atrincherado entre la población civil en toda la franja de Gaza. Así que allí donde surja un objetivo de Hamas, las Fuerzas de Defensa de Israel lo atacarán para frustrar las capacidades terroristas del grupo, al tiempo que toman las precauciones factibles para mitigar el daño a los civiles no implicados”.

En diciembre, cuando las autoridades palestinas dijeron que el número de muertos en Gaza había superado los 15 mil e Israel se preparaba para ampliar su asalto terrestre al sur de Gaza, Abu Maamar y otros miembros de su familia se trasladaron a Mawasi, una zona de playa donde los desplazados buscaban refugio en tiendas de campaña. Se trasladaron dos veces más mientras las fuerzas israelíes combatían a Hamas en todo el sur, ordenando a los civiles que abandonaran primero Jan Yunis y luego la ciudad de Rafah.

Ahora, de vuelta en casa, Abu Maamar dice que ya no tiene sentido seguir moviéndose. Cogió la prenda favorita de Saly, un vestido negro con bordados tradicionales palestinos en rojo, y se lo apretó contra la cara. “Solo estamos esperando a que pare la cascada de sangre”.

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