El surgimiento de referentes en el deporte de mujeres comienza a forjar a nuevos talentos. Inspirada en las proezas de Jackie Nava y Ana María Guerrera Torres, Fátima Herrera peleó por llegar a París 2024, donde hizo historia al convertirse en la primera boxeadora mexicana en conseguir una victoria en unos Juegos Olímpicos.

Quería ser como Jackie, Ana María o Arely Muciño, con todo ese reconocimiento que lograron, pues no le tenían miedo a nada. El triunfo en París habla bien de mi carrera y me da orgullo, ahora espero poder ir a Los Ángeles 2028. Aún no sabemos si habrá competencia, pero ya me estoy preparando, porque ser una boxeadora olímpica es privilegio que pocos logran, señaló.

Cuando Nava rompió estigmas al conquistar en 2005 el primer cetro del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) para una mujer tras coronarse en la categoría supergallo, Herrera apenas tenía tres años de edad. Sin que ninguna lo supiera, hubo un lazo entre ambas con una evolución paralela.

Nava, una de las peleadoras con mejor técnica y estilo, junto con La Guerrera Torres, monarca emérita del CMB, encabezaron un boom del boxeo femenil mexicano al destacar a escala internacional. Mientras la tijuanense sumaba triunfos en el ring, Herrera descubrió a los siete años la disciplina del pugilismo cuando vio entrenar a su herma-no en un parque cercano a su casa.

Para ese entonces, Julio César Chávez y otros hombres ya no eran los únicos referentes. En la televisión y medios de comunicación aparecían los rostros e historias de Nava y La Guerrera Torres, quienes serían clave para motivar a la primera generación de boxeadoras tricolores en Juegos Olímpicos, después de que se aprobara la parti-cipación de mujeres en esta disciplina en Londres 2012.

“Las veía como unas guerreras a todas, eran muy buenas y, sobre todo, eran mexicanas. Claro, había más como (Mariana) Barby Juárez y Arely Muciño, a quien incluso conocí. Me inyectaban motivación para sobresalir en el boxeo”, narró.

Si bien Esmeralda Falcón y Brianda Cruz fueron las primeras tricolores en subir al ring en una justa veraniega (Tokio 2020), quedaron eliminadas al comienzo del torneo.

La historia del boxeo femenil en París 2024 fue distinta. La mirada de Herrera en su debut olímpico sólo transmitía seguridad, ya conocía a su rival, la española Laura Fuertes Fernández, por lo que en ningún momento dio tregua para así apuntarse la victoria por decisión dividida en 50 kilogramos. Un triunfo que marcó historia.

Me llena de orgullo ser la primera boxeadora en ganar una pelea en unos Olímpicos. Mis entrenadores me decían que tenía posibilidad de presea e iba consciente de todo eso, dijo al recordar la satisfacción de vencer en un escenario de tal magnitud.

No obstante, en octavos de final la contienda ante la turca Buse Naz Cakirogle fue diferente y pese a mostrar el mismo estilo aguerrido, no pudo replicar la victoria. El duelo fue más complicado, a veces no sólo enfrentas al rival, sino también a los jueces.

–¿En qué etapa crees que se encuentra el boxeo femenil mexicano amateur?

–Antes casi no había mujeres en este deporte, incluso yo hacía espárring con hombres, algunas personas cuestionaban por qué estaba en el boxeo si era mujer. El avance ha sido de poco a poco, en Olímpicos apenas se abrió (la categoría femenil) en Londres. En México tenemos mucho talento, pero debemos enfocarnos en fijar objetivos altos.

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