San Cristóbal de Las Casas, Chis. A diez años de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, no ha habido “ni verdad ni justicia”, afirmó el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

“Ni la más mínima empatía de quien tiene el poder sólo para alardear y presumir, más no para servir y resolver. El verdugo pretendiendo presentarse como víctima”, agregó en un comunicado difundido este jueves, firmado por el subcomandante Moisés.

En este largo caminar, abundó en el documento dirigido “a las madres, padres, condiscípulos, compañeras y compañeros de los ausentes de Ayotzinapa”, “se han encontrado con traiciones, con quienes sólo usaron su dolor para tener un cargo, una causa para cambiar de color en el gobierno, o, los más miserables, una paga”.

Manifestó que “sabemos del dolor y la rabia de entender ahora que, no importa el color, allá arriba siguen el desprecio y la mentira. Sabemos que no sólo ha sido la esperanza de encontrar a quienes les faltan, lo que les ha movido, porque en estos años su dolor se ha extendido a los miles de familiares de las personas desaparecidas en este país”.

Agregó: “Y cada madre, cada padre, familiar, amistad, ha profundizado ese dolor hasta llegar a su lecho de rabia que busca y no encuentra”.

El EZLN expresó que “en los malos gobiernos sigue la mirada del cazador buscando a su próxima víctima. Pero… Nosotros, los pueblos zapatistas, creemos que tenemos en común con ustedes este sentimiento que sólo se encuentra en el corazón de quienes luchan”.

Sostuvo que “llegará el día en que las figuras de quienes buscan sin descanso a quienes les hacen falta, de los padres y las madres de los ausentes de Ayotzinapa, de sus condiscípulos, de sus maestros, de sus familiares y amistades, se asocien a dos palabras cuya ausencia real padece ahora esta geografía: verdad y justicia”.

Remarcó: “Y llegará el día en que ser estudiante, hombre o mujer, de una normal rural o de lo que sea, empleado, trabajadora, adulto o anciano, no sea motivo de persecución, de desprecio, de desaparición, de muerte”, pero para que ese día llegue, hay que seguir”.

Manifestó que “si no podemos heredar aún esa verdad y esa justicia a quienes nos siguen en calendarios y geografías, sí podemos heredarles la rabia, la memoria y la dignidad necesarias para no rendirse, no venderse y no claudicar”.

A nombre de las mujeres, hombres, ancianos, niñas y niños zapatistas, reiteró que “si no lo logramos, siempre habrá una noche de Iguala acechando a los de abajo, a su sangre joven y siempre serán culpables de rebeldía. Si no hay verdad ni justicia, que no falten la rabia y la memoria”.

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