Beirut. Israel bombardeó ayer puertos y centrales eléctricas en Hodeida, Yemen, con el argumento de que el objetivo era infraestructura que servía para el traslado de armas iraníes a la región; mantuvo su ofensiva en Líbano, con saldo de de 105 muertos y 359 heridos, y en la franja de Gaza sus ataques ya dejaron 41 mil 595 desde que comenzó esta guerra en octubre pasado.

Las fuerzas armadas de Israel confirmaron “una operación aérea a gran escala” contra los rebeldes de Yemen, con decenas de aviones de combate y el apoyo de aeronaves de reabastecimiento y de espionaje, contra “objetivos militares del régimen terrorista hutí”.

Sin embargo, las autoridades hutíes, respaldas por Irán, aseguran que son instalaciones civiles, y denunciaron la muerte de tres ingenieros de la empresa Al Hali Electricity y de un trabajador del puerto, además de que 49 personas resultaron heridas.

Los bombardeos fueron “en respuesta a los últimos ataques llevados a cabo por el régimen hutí contra el Estado de Israel”, después del disparo de varios proyectiles, y de que los insurgentes reivindicaron el lanzamiento de un misil contra el aeropuerto de Tel Aviv el sábado, cuando llegaba el premier israelí, Benjamin Netanyahu, procedente de Nueva York, donde participó en la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas.

Tras la oleada de ataques, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, publicó en X: “he seguido el ataque contra los hutíes desde la sala de control de las fuerzas aéreas. El mensaje está claro. No existe ningún lugar que esté demasiado lejos”, y acompañó el texto con una cita bíblica: “persigo a mis enemigos, les doy caza, no vuelvo hasta haberlos acabado. Salmos 18, 38”.

Las autoridades hutíes condenaron la “brutal agresión” israelí en Hodeida. “Aunque sabemos que este enemigo arrolla las leyes y normas internacionales con total salvajismo, se exponen a respuestas que no pueden soportar”.

Todas las posibilidades son consideradas: Irán

A todo esto, el canciller iraní, Abbas Araghchi, advirtió desde Nueva York que “todas las posibilidades están abiertas” en el conflicto con Israel, incluso la de la guerra tras el asesinato del clérigo Sayed Hassan Nasrallah, líder de Hezbollah (Partido de Dios), de acuerdo con la agencia de noticias iraní Fars.

Subrayó que la desaparición de Nasrallah “no debilita a la resistencia” y que “la sangre del mártir aumenta la fuerza de Hezbollah, su impulso y el crecimiento de sus efectivos”.

En tanto, la presión militar contra la formación chiíta Hezbollah en Líbano golpeó 120 objetivos, según el ejército israelí, en la región del Bekaa, Balbek-Hermel, Ain Delb, Tiro, Burj al Shamali, Abasiya, Al Bazuriya, Tair Deba y Qana; mientras los escombros del ataque en un suburbio de Beirut en el cual murió el viernes pasado el máximo líder de la organización seguían ardiendo y la gente acudía al lugar para ver lo que quedaba de sus casas unos, y otros para presentar sus respetos o rezar.

El presidente de Siria, Bashar al Assad, afirmó que el líder chiíta era un “camino hacia la resistencia”; el patriarca maronita, Bechara Boutros Rai, ofreció sus condolencias por el asesinato de Nasrallah, cuyos restos fueron hallados sin heridas y su fallecimiento pudo haber sido resultado de un traumatismo por onda expansiva, según fuentes consultadas por Reuters.

Confirma Hezbollah deceso de otro líder

Por otra parte, Hezbollah confirmó ayer el deceso de Nabil Kaouk, número dos de su Consejo Central, en un bombardeo el sábado, convirtiéndose en el séptimo líder de alto rango asesinado en ataques israelíes en poco más de una semana. Entre ellos se encuentran miembros fundadores que eludieron la muerte o la detención durante décadas.

Kaouk, integrante de Hezbollah desde la década de 1980, fue comandante militar del grupo en el sur de Líbano. Estados Unidos aprobó sanciones en su contra en 2020.

El gobierno libanés declaró que mil libaneses han muerto y 6 mil resultaron heridos en las últimas dos semanas, mientras un millón de personas –una quinta parte de la población– huyeron de sus hogares; el Programa Mundial de Alimentos anunció una operación de emergencia para ayudar a los desplazados.

Cientos de familias pasaron la noche en los bancos de la bahía de Zaitunay, en el paseo marítimo de Beirut.

Las fuerzas armadas libanesas pidieron “preservar la unidad nacional” y no alimentar acciones que puedan “dañar la paz civil” ante “los continuos ataques” de Israel.

Al cierre de esta edición, se informó que un edificio de departamentos en el distrito de Kola, en Beirut, fue alcanzado por un ataque aéreo israelí, el primero en el centro de la capital libanesa desde que comenzaron las hostilidades. El bombardeo golpeó el piso superior del inmueble, donde murieron tres líderes del Frente Popular para la Liberación de Palestina. Hoy, aviones israelíes atacaron también “decenas de lanzadores y edificios donde se almacenaban armas en el valle de la Becá en Líbano”, vinculados a Hezbollah, indicó el ejército en un comunicado divulgado en Telegram.

De igual manera, en Gaza al menos nueve personas murieron en las últimas 24 horas, 58 heridos llegaron a los hospitales y “aún hay víctimas entre los escombros y en las carreteras”, informó el ministerio de Salud de la franja.

Cuatro de las muertes, mujeres y niños según fuentes médicas, ocurrieron durante un bombardeo aéreo israelí sobre la escuela Um al Fahm de Beit Lahiya, utilizada como refugio para desplazados, donde, según Tel Aviv, había un centro de mando del Movimiento de Resistencia Islámica Hamas.

Israel subrayó que antes del operativo se tomaron medidas para reducir el daño a civiles, y aseguró que Hamas “viola sistemáticamente el derecho internacional” utilizando a población e instituciones civiles de escudo humano.

En Siria, 37 milicianos del Estado Islámico fueron ultimados en dos ataques del Comando Central estadunidense, en un golpe que “afectará la capacidad de la organización para realizar operaciones contra los intereses de Estados Unidos, así como nuestros socios y aliados”, indicó el comunicado de Washington.

Mientras, la Resistencia Islámica de Irak reivindicó un ataque con drones contra un objetivo en la ciudad israelí de Eilat, en el sur del país.

En Irán, el canciller Abbas Araghchi prometió ayer que la muerte del general de los Guardianes de la Revolución, Abbas Nilforoushan, abatido en un bombardeo israelí en Líbano, “no quedará sin respuesta”.

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