La experiencia que genere el uso de la Inteligencia Artificial (IA) seguirá  en manos de las pocas empresas que dominan el mercado, ya que los gigantes tecnológicos aprovechan su enorme infraestructura, integración vertical y fortaleza financiera para configurarlo, previó la calificadora Moody’s. 

La firma expuso que los gigantes tecnológicos crean barreras para los competidores más pequeños y los laboratorios independientes. Sin embargo, los productos fáciles de usar acelerarán la adopción de IA en todas las industrias e impulsarán la eficiencia operativa. 

Moody’s expuso que las industria financiera, de medios de comunicación y automotriz son las que más se beneficiarán de la IA. 

En cuanto al marco regulatorio de la IA, la firma señaló que el consenso mundial sobre los riesgos inherentes a esta tecnología no se ha traducido en estrategias regulatorias unificadas, sino que las jurisdicciones están adoptando enfoques marcadamente diferentes. 

La Ley de IA basada en riesgos de la Unión Europea (UE) se centra en la transparencia y la responsabilidad, pero impone importantes requisitos de cumplimiento que pueden retrasar la innovación y la adopción

Por el contrario, Estados Unidos y el Reino Unido están a favor de marcos flexibles que promueven la innovación para fomentar la competitividad. 

Por su parte, la regulación de IA de China dirigida por el Estado apunta a equilibrar el control social y el liderazgo tecnológico.

En el reporte, los analistas de Moody’s Charleyne Biondi, Vincent Gusdorf y Fabian Astic, comentaron que si bien en el 2025 habrá avances en agentes de IA autónomos, capaces de planificar, ejecutar y adaptar tareas con poca intervención humana,  la mayoría de los efectos positivos en las industrias tardarán algunos años en aparecer.

“Los fabricantes de modelos competirán cada vez más por nuevas capacidades y características de los productos. Esto hará que la tecnología sea más fácil de usar y se descubran más casos de uso”, mencionó. 

Los especialistas de Moody’s detalló que la competencia entre los laboratorios de IA es intensa y muchos de ellos están alcanzando niveles de rendimiento similares, lo que significa que la ventaja radicará cada vez más en la capacidad de ofrecer productos listos para usar, que se integren a la perfección en los flujos de trabajo. 

“Los avances en agentes autónomos, sistemas de IA capaces de planificar, ejecutar y adaptar tareas de forma independiente, se están acelerando. Si bien no está claro cuándo estos productos serán viables desde el punto de vista comercial,  apoyarán la adopción de la IA y generarán importantes aumentos de productividad”, agregaron. 

La incorporación de mayores volúmenes de datos y recursos computacionales ha impulsado a la IA hasta sus capacidades actuales. 

 

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