La omisión del Estado mexicano en sus obligaciones de búsqueda han alentado la impunidad en cientos de casos de desaparición forzada, situación que “no ha parado y siguen ocurriendo” como hace 50 años, cuando se supo por última vez del paradero de Rosendo Radilla Pacheco, señaló Tita Radilla, hija del luchador social detenido ilegalmente por el Ejército en 1974.

En un acto conmemorativo realizado en la Glorieta de las y los Desaparecidos, en la Ciudad de México, familiares y amigos honraron la memoria del líder campesino y exigieron a las autoridades respuestas en la búsqueda no sólo del líder campesino, sino de las miles de víctimas en el país.

Desde ese espacio de memoria y exigencia de justicia, ubicado en Paseo de la Reforma, la activista guerrerense fue reconocida por las cinco décadas de lucha en la búsqueda de su padre, pero también por los precedentes que su caso han sentado en instancias internacionales y en el sistema jurídico mexicano.

En un acto emotivo, Tita Radilla respondió: “Sabemos que también están en esta lucha con nosotros, porque hacen esfuerzos supremos para conseguir verdad, memoria, justicia y reparación para todas las familias que han sufrido este flagelo”.

Rosendo Radilla fue detenido el 25 de agosto de 1974 por miembros del Ejército, y la última vez que se le vio fue en el cuartel militar de Atoyac de Álvarez, Guerrero. Cuando preguntó por qué se le aprehendía, los soldados respondieron que por componer corridos en favor del guerrillero Lucio Cabañas.

“Señores soy campesino del estado de Guerrero, me quitaron mis derechos y me hicieron guerrillero”, fue uno de los fragmentos de esos corridos que fue plasmado con pintura blanca sobre el asfalto en Paseo de la Reforma.

En la valla metálica que la rodea la glorieta, antes conocida como de La Palma, Tita Radilla pegó un cártel con la fotografía de su padre.

“¡No es un hecho aislado, las desapariciones son crímenes de Estado!”, fue una de las principales consignas que familiares de Radilla y amigos lanzaron para exigir castigo a los responsables y reparación a las víctimas de graves violaciones a los derechos humanos.

Ahí, el representante adjunto de la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH), Jesús Peña Palacios, reconoció el “digno caminar” de la familia Radilla porque han hecho del caso de Rosendo “un referente que alimenta la llama de la justicia y que han ayudado a centenares de familias a superar su miedo” frente a la desaparición de personas que ocurren en el país.

Hizo notar que el caso de Rosendo Radilla, ante la omisión del Estado mexicano en su búsqueda, derivó en la primera sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos por un caso de desaparición forzada cometida en el contexto de la “mal llamada guerra sucia por una conducta en la que participa el Ejército mexicano y por una sentencia que además incluye medidas innovadoras de hondo calado”.

“A 50 años del inicio de la desaparición forzada de Rosendo por efectivos del Ejército mexicano, desde la oficina en México del Alto Comisionado de Naciones Unidas por los Derechos Humanos queremos reiterar nuestra solidaridad con toda la familia y con esta lucha incansable por la verdad, la justicia, la memoria, la reparación y las garantías de no repetición”, externó.

Compartir
Exit mobile version