Tepic, Nay. A punto de retirarse de la vida pública, el presidente Andrés Manuel López Obrador llamó ayer a seguir luchando para hacer realidad los ideales.

Al encabezar su último acto multitudinario como político en activo, el mandatario entregó de manera simbólica diversas obras de infraestructura para Nayarit, en una ceremonia realizada en un abarrotado auditorio Amado Nervo de la capital del estado, con capacidad para 14 mil asistentes.

Acompañado por el gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero y por la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, a quien elogió porque no es fifí, López Obrador aseguró que con las reformas constitucionales recientemente aprobadas se está cumpliendo el objetivo de que la Constitución regrese a sus orígenes, cuando tenía como propósito el bienestar del pueblo.

El mandatario tuvo que desviarse de su discurso cuando un pequeño grupo de manifestantes lanzó consignas y mostró dos cartulinas con mensajes en su contra y en protesta por la reforma judicial, a lo que el resto de los asistentes respondió con gritos de ¡Presidente, presidente! y ¡Es un honor estar con Obrador!

Aprovecho para decir a los trabajadores del Poder Judicial que ellos no saldrán perjudicados, al contrario, se van a beneficiar: que no los manipulen los corruptos, pidió.

Ese fue el segundo incidente del día en el que le reclamaron por la reforma. El primero ocurrió horas antes, cuando el mandatario y la presidenta electa fueron abordados en un elevador por un hombre que se identificó como trabajador del Poder Judicial de la Federación (PJF).

López Obrador y Sheinbaum estaban en el hotel Fray Junípero Select, de Tepic, cuando el empleado del PJF subió al mismo elevador que ellos sin que el personal de la ayudantía lo evitara, según se observa en un video que circuló en redes sociales.

Cuando las puertas habían cerrado, el hombre dijo a Sheinbaum que quería entregarle un documento sobre afectaciones laborales derivadas de la reforma que extinguió los fideicomisos del Poder Judicial. La mandataria electa le respondió que es mentira que los empleados vayan a ser afectados y el Presidente intervino para señalar: no defiendan a corruptos. La escena transcurrió durante unos segundos, y el Ejecutivo, su inminente sucesora y los trabajadores salieron sin mayor incidente.

Ya en la ceremonia, López Obrador subrayó que se va con la conciencia tranquila, muy contento y muy feliz, porque logramos nuestro propósito: reducir la pobreza en el tiempo que gobernamos.

Les comparto mi felicidad y nunca, nunca olvidar que todo esto se ha hecho con la participación de millones de mujeres y hombres; no es nada más el trabajo de un solo hombre, de un dirigente, de un puñado de dirigentes, lo hemos hecho desde abajo, entre todos, expuso.

Al referirse a Sheinbaum, destacó que ella tiene experiencia, pero además tiene convicciones, viene de abajo, no es fifí. Ni modo, ofrezco disculpas, pero no es culpa mía, el pueblo de México así lo decidió: queremos a una persona que nos represente, no a una gente de la élite, a un exquisito o una exquisita; a un ladino o una ladina, queremos a alguien que le tenga amor al pueblo, eso es lo que se decidió.

La mandataria electa afirmó que López Obrador nos devolvió el orgullo de ser mexicanos y la dignidad de la República, y que en su gobierno, México se ha transformado para bien: han disminuido la pobreza y las desigualdades, cambió el modelo y también la forma de pensar.

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