Madrid. La convocatoria de la plataforma Marcha por Nuestra Democracia tuvo escasísima incidente entre los ciudadanos mexicanos que viven en Europa, con una serie convocatorias que no despertaron el interés de la comunidad. En Madrid, que fue la más multitudinaria, se congregaron alrededor de 60 persona frente a la residencia oficial del embajador mexicano en España, Quirino Ordaz Coppel, pero a los pocos minutos fue disuelta por la policía española porque no se había solicitado el permiso correspondiente. En Barcelona hubo 28 personas; en Londres, 21; en Lisboa, 8; y, finalmente, en Cádiz no se congregaron ni cinco personas. En cualquier caso los pocos manifestantes insistieron en lanzar consignas contra el gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, al tiempo que advirtieron de la supuesta “amenaza” que hay contra la democracia mexicana de cara a los comicios presidenciales de junio próximo.

En la concentración en Madrid los manifestantes fueron llegado a cuenta gotas. Algunos lo hacían caminando, otros en bicicleta y con su casco ataviado con adornos de color rosado -el símbolo de la protesta- y algunos otros llegaban en coches de gran cilindrada, como el ex senador panista por Guanajuato Ricardo Alaniz Posada, que se encontraba haciendo turismo en Madrid y aprovechó para sumarse a la marcha. Los primeros en llegar se pusieron delante de la puerta de la residencia del embajador, en la calle Pinar de Madrid, y desplegaron sus pancartas, que decían “AMLO, la Chachalaca eres tú. ¡Cállate y saca las manos de la elección”, o mensajes “en 2018 un asno llegó a la presidencia, en 2024 ese asno su partido se van a la ch…” o “En democracia ni un paso atrás”.

Cuando la policía se percató de la concentración y tras dialogar con algunos asistentes, a los que les solicitó la autorización pertinente, que se tramita a través de la Delegación del gobierno en Madrid, éstos reconocieron que no habían solicitado ninguno, como es obligatorio. Así que la policía les advirtió que se tenían que “disolver” o que en caso contrario les tendría que abrir sanciones administrativas a cada uno de ellos. Después de una media hora, en la que desde la acera de enfrente gritaron consignas contra López Obrador y a favor de INE, incluso alguno gritó a voz en grito “todos con Xóchitl Gálvez”, pero fue de inmediato reprendido por el resto advirtiéndole que esa protesta era “apartidista”.

Otros llegaron con sus mascotas, también había jóvenes universitarios que están cursando parte de su carrera en Madrid y decidieron protestar desde la distancia. Incluso hubo una familia de mexicanos que se acercaron sigilosamente a la concentración, pero cuando vieron a la policía dijeron “no, ¡qué oso! vámonos de aquí” y se fueron discretamente sin ni siquiera pararse en la concentración. Alguna señora que sí se paró y lanzó consignas contra el gobierno mexicano también se indignó cuando los periodistas tomábamos fotos de la protesta: “Antes de tomar la foto nos tienen que pedir permiso, así que ni se les ocurra fotografiarme o los denuncio”. A la concentración en la capital española no asistieron los ex presidentes de México que residen ahí o pasan largas temporadas, que con Carlos Salinas de Gortari, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.

En el resto de las protestas convocadas en Europa la tónica fue parecida, si bien con incluso menos asistentes. Por ejemplo, en Londres fueron 21 personas, que portaban carteles en los que se decía “No a la autocracia. Sí a la democracia” o “Voto libre”; en Barcelona se congregaron frente al consulado de México 28 ciudadanos mexicanos, que portaban sobre todo banderas mexicanas; en Lisboa fueron ocho personas que tenían banderas y carteles con “Mi voto no se toca”; y, finalmente, en Cádiz la cifra de asistentes no superó las cinco personas. 

 

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