Houston. La ejecución de un asesino en serie convicto en Idaho, Estados Unidos, fue suspendida este miércoles después de que un equipo médico intentara repetidas veces y sin éxito de inyectarle la sustancia letal.
Thomas Creech, de 73 años, estuvo atado a una mesa en la cámara de ejecución durante una hora mientras intentaron, en repetidas ocasiones, establecer una vía intravenosa para administrarle las drogas que acabarían con su vida, afirmaron funcionarios de la prisión y testigos.
La ejecución fue cancelada después del fracaso de ocho intentos de colocar una vía intravenosa en los brazos y piernas de Creech, declaró el director del Departamento Correccional de Idaho (IDOC), Josh Tewalt.
“No tenemos una idea de los plazos ni de los próximos pasos” para un nuevo intento de ejecución, informó Tewalt a la prensa en la Institución de Máxima Seguridad de Idaho, al sur de la capital, Boise.
Brenda Rodríguez, reportera de la estación de televisión local KTVB, comentó que Creech no parecía haber sentido dolor intenso, aunque en un momento comentó que le “dolían un poco las piernas”. “Cuando se detuvo la ejecución, él simplemente estaba mirando hacia arriba”, dijo Rodríguez, periodista autorizada a participar como testigo de la ejecución. “También se sintió como si estuviera casi aliviado”, agregó.
Creech, que lleva en el corredor de la muerte durante más de 40 años y que iba a ser la primera persona ejecutada en Idaho en más de una década, fue condenado a muerte por asesinar a su compañero de celda en 1981. Ya purgaba condena por otros cinco asesinatos, aunque afirmó haber cometido decenas más.
En noviembre de 2022, las autoridades de Alabama también fallaron al intentar aplicarle una inyección letal al asesino convicto Kenneth Smith. Ante ello, optaron por ejecutarlo en enero de este año mediante inhalación de nitrógeno, en medio de reclamos de organizaciones humanitarias que consideran el método una tortura.
La mayoría de las ejecuciones fallidas en Estados Unidos han implicado dificultades para insertar las agujas intravenosas, según el Centro de Información sobre la Pena de Muerte.