En México cerca de un millón de personas vive con insuficiencia cardiaca, un padecimiento incurable que puede afectar gravemente la calidad de vidas de quienes lo padecen, afirmó el doctor Enrique Alexander Berrios Bárcenas, coordinador de imagen cardiovascular y jefe de investigación del Hospital Español.

En conferencia de prensa para alertar de los riesgos que se enfrentan ante un diagnóstico tardío de este mal, el doctor Adolfo Chávez, presidente de la Asociación Mexicana de Insuficiencia Cardiaca, señaló que con una población adulta que enfrenta múltiples desafíos de salud, pues 75 por ciento padece obesidad o sobrepeso; más de 30 millones sufren hipertensión y más de 15 millones diabetes, se eleva la posibilidad de padecer insuficiencia cardiaca.

Se trata, explicó, de un padecimiento crónico que en sus primeras etapas no da síntomas, pero que puede deteriorar gravemente la calidad de vida. “Cuando tenemos a una persona que se agita por subir un piso, por caminar un par de calles o que tiene pies y tobillos hinchados, podemos sospechar que ya hay un riesgo de insuficiencia cardiaca, y debemos acudir al médico”.

Al respecto, Berrios Bárcena señaló que el riesgo de enfrentarse a este padecimiento se eleva conforme avanza la edad, pues la mayoría de quienes son diagnosticados tienen en promedio 65 años o más.

“Se estima que en los próximos 20 a 30 años el problema de insuficiencia cardíaca va a crecer al doble o al triple, así que es un problema de salud prevalente y que va en incremento”, alertó el especialista.

Detalló que entre los factores que inciden en el desarrollo de la insuficiencia cardíaca se incluye, principalmente, la hipertensión, la obesidad, la diabetes, y la cardiopatía isquémica como infartos, entre otras causas.

La detección oportuna de este mal, enfatizó, es clave, por lo que consideró que los médicos de primer contacto tienen un papel prioritario, por lo que se debería “sensibilizar a la mayoría de los médicos, porque en estos problemas que tienen una magnitud tan grande, es necesario que tanto doctores  de primer contacto y como especialistas estén en completa coordinación para que los pacientes no tengan tantos problemas para buscar su atención”.

Reconoció que la mayoría de los pacientes con insuficiencia cardíaca presentan un retraso en el diagnóstico, que no ocurre porque no buscaran atención, lo hacen múltiples veces, peor fueron diagnosticados con otros problemas de salud y eso definitivamente genera que se prescriban tratamientos erróneos, que los pacientes no mejoren y al final se impacta la  calidad de vida y en la misma supervivencia de las persona”.

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