Nacida en Lima, Perú, María Chávez se mudó a Texas a los dos años. Entre los experimentadores con los que colaboró se encuentran Pauline Oliveros, Christian Marclay y Otomo Yoshihide. Más dedicada a tocar en vivo o registrar piezas para sitios específicos que a grabar discos, en su obra sobresale el valor conceptual y sus ideas sobre todo aquello que no es música: una batalla provechosa entre los instrumentos y quien los utiliza. No estoy seguro, pero creo que Chávez prefiere ser el medio por el que pasa el sonido a una conductora de música; el azar como controlador de su materia sónica también es un factor recurrente; es decir, un orden sonoro determinado por la fortuna, la diosa romana de la suerte, definida por la Real Academia Española como un encadenamiento de los sucesos, considerados fortuitos
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Aunque los registros de grabaciones con énfasis en las diferentes velocidades de gramófonos se remontan a 1930, no fue sencillo para María Chávez desarrollar su forma de trabajo con las tornamesas y los discos a mediados de los años noventa, y cuenta un rechazo como un momento revelador: “Soy diyéi desde 1996, cuando sólo existían las tornamesas. La cosa digital no apareció hasta mucho después, a mis 20 años, así que me gusta pensar que soy una artista predigital. Me di cuenta de que existía otra forma de tornamesismo después de que la escena tecno de Houston rechazara mis experimentos. Terminé aprendiendo con artistas que hicieron espacio para que mi trabajo se convierta en lo que es hoy en día”.
La forma en la que opera un diyéi de hip hop o cualquier selector de discos es diametralmente opuesta al modo de operar de María Chávez: “El loop es inherente a la máquina, así que en este caso éste es inevitable. Los tornamesistas de hip hop se enfocan en seguir el espiral del surco, que contiene el sonido grabado en el disco. No estoy interesada sólo en los sonidos dentro de la espiral, también en los que son creados cuando escapas al surco, el área de superficie del álbum y hasta lo que puede hacer la tornamesa por sí misma con tan sólo activar el motor”.
En el mundo de los diyéis conviven el secretismo y la difusión de conocimiento como ética laboral. Chávez eligió la segunda opción y mostró sus métodos en talleres y en un reconocido manual que es enseñado en diferentes universidades: “en 2012 escribí un libro de técnica: Procedimientos de azar en la tornamesa, un manual sobre como romper agujas, discos y hacer performances en diferentes situaciones. Fue el primero de su clase, lo que hizo a mi texto parte de la historia del arte a los 31 años, esto no fue su intención, pero me honra que otros lo usen para aprender las técnicas extendidas para tornamesa”.
Para su presentación en laCasa del Lago, Chávez fue invitada a utilizar los tesoros a los que se puede acceder en la Fonoteca Nacional: Fui convocada para crear una nueva pieza sonora, incorporando la librería de la Fonoteca a la mía, para crear una instalación sónica de formato largo, con la que puedo interactuar utilizando mis técnicas de tornamesismo y librería sonora
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Parte del esfuerzo de Chávez como artista reside en su descarte de la musicalidad: “no me interesa, pero entiendo que los loops pueden suceder, dándole al oyente una experiencia que puede ser percibida como musical, pero solamente me interesa tomar todos estos momentos mecánicos y utilizarlos de una manera que no se traduzca en musicalidad, sino en el resultado de un experimento”.
La destrucción de discos no son un aspecto secundario en los performances de Chávez, podría decirse que para ella romper un vinil es tanto o más importante que escucharlo: “no lo llamaría ‘liberación’, diría que romperlo produce una conexión neuronal impresiva que todo el mundo debería experimentar; mi meta es que la mayoría de la gente en el mundo tenga esa experiencia. El snap del disco al romperse es tan físico e importante, desarregla el valor que otorgamos a estos objetos. Especialmente si los quieres utilizar como fuente de sonido y no para lo que fueron usados con anterioridad”.
El acto de romper y tocar el material es muy importante pero nunca fue el propósito principal: el azar elige romper los discos, no yo, así que cada rotura representa un momento en el tiempo en el que el objeto eligió su propia forma, no el humano que lo rompió. Como objetos, el humano es el maestro, en mi trabajo el objeto manda
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Separada de la manía coleccionista, ¿Busca un tipo de discos específico? No, los discos vienen a mí y eso llevó un tiempo de desarrollo. Si estoy en una tienda busco grabaciones de campo, discos vocales y raros, sólo cosas que sean fáciles de separar de su intención original
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Para Chávez el rol de las mujeres en la música experimental no ha sido suficientemente considerado: “la opresión de cualquier clase mantiene atrás a la humanidad. No estamos ni cerca de reconocer a todo el mundo por su impacto y pequeños gestos, y no será suficiente hasta que el pago por nuestro trabajo en esta nueva era de streaming e inteligencia artificial sea reconocida y pagada de forma acorde”.
Sus planes para el resto del año incluyen diferentes formatos: mi trabajo en sus diferentes presentaciones será mostrado por todo el mundo en los próximos meses. Estoy esperando presentar mi material en diferentes circunstancias como aquí en la Ciudad de México, este trabajo será sensible y específico debido a los sonidos provenientes de allí con los que estoy aprendiendo
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