Estocolmo. Los científicos estadunidenses David Baker y John Jumper y el británico Demis Hassabis ganaron el Premio Nobel de Química 2024, por sus trabajos capaces de predecir la estructura de las proteínas sirviéndose de la inteligencia artificial (IA), informó la Real Academia Sueca de las Ciencias.

Baker, un bioquímico de 62 años adscrito a la Universidad de Washington, fue merecedor de la mitad del galardón por sus avances sobre el diseño computacional de proteínas; mientras Hassabis y Jumper, ambos de Google DeepMind, obtuvieron la otra mitad por la predicción de las estructuras de las proteínas, indicó el jurado.

De acuerdo con el sitio web del Nobel, la investigación de Baker ha logrado una hazaña casi imposible al construir tipos de proteínas completamente nuevos, mientras Hassabis y Jumper desarrollaron un modelo de inteligencia artificial para resolver un problema de hace 50 años: predecir sus estructuras, formadas por 20 aminoácidos diferentes, los cuales pueden describirse como los componentes básicos de la vida.

En 2003, David Baker logró utilizar estos componentes para diseñar una proteína nueva que no se parecía a ninguna otra. Desde entonces, su grupo de investigación ha producido una tras otra, incluyendo aquellas que pueden utilizarse como fármacos, vacunas, nanomateriales y sensores diminutos.

En las proteínas, los aminoácidos están unidos entre sí en largas cadenas que se pliegan formando una estructura tridimensional, que es decisiva para su función.

En 2020, Hassabis y Jumper presentaron un modelo de IA llamado AlphaFold2, que ha podido predecir la estructura de prácticamente los 200 millones de proteínas que los investigadores han identificado.

Desde entonces, AlphaFold2 ha sido utilizado por más de 2 millones de personas de 190 países. Entre una gran cantidad de aplicaciones científicas, los investigadores ahora pueden comprender mejor la resistencia a los antibióticos y crear imágenes de enzimas capaces de descomponer el plástico.

Cuando llamaron a Baker para informarle del premio, la primera en advertir de lo que se trataba fue su esposa, quien comenzó a gritar. Así que me costó un poco escuchar (risas), pero luego me dieron la noticia, dijo el científico a la página del premio.

Por supuesto, es un gran honor, es muy emocionante y es genial compartir esto con Hassabis y Jumper.

Los beneficios más palpables de su investigación, consideró Baker, se darán en los ámbitos de la medicina y la salud, al propiciar terapias más inteligentes, más precisas y que actúen sólo en el momento y lugar adecuados en el cuerpo. Añadió que también podría servir para la descomposición de contaminantes y plásticos, en favor del medio ambiente.

Las proteínas de Baker han sido la base de tratamientos médicos potenciales, como un aerosol nasal antiviral para el covid-19 y un medicamento para la enfermedad celíaca.

En una entrevista por separado y también difundida por la web del Nobel, Hassabis dijo que este reconocimiento es increíblemente especial, realmente surrealista, un honor increíble. Añadió: la razón por la que he trabajado en inteligencia artificial toda mi vida es porque me apasiona descubrir nuevos conocimientos, y siempre he pensado que si pudiéramos desarrollar la IA de la manera correcta, podría ser la herramienta definitiva para ayudar a explorar el universo que nos rodea.

Consultado sobre la relación entre las herramientas de IA y los científicos, planteó que “los sistemas son muy buenos para analizar datos y encontrar patrones y estructuras en ellos, pero no pueden determinar cuál es la pregunta correcta, la hipótesis acertada o la conjetura exacta; eso viene del científico humano.

Los mejores investigadores, combinados con este tipo de herramientas, podrán hacer cosas increíbles, tal vez incluso con equipos más pequeños porque pueden confiar en las herramientas para hacer gran parte del trabajo preliminar.

Hassabis, uno de los fundadores de Google DeepMind –una empresa de inteligencia artificial con sede en Reino Unido, fundada en 2010 y adquirida por Google en 2015–, consideró que no marca ninguna diferencia que el Nobel reconozca la labor de un particular, muchas de estas nuevas ciencias requieren mayores recursos, así que ¿por qué no recurrir al sector privado para financiar ese tipo de cosas?, siempre que se sea fiel al método científico, se trabaje con rigor y se hagan las grandes preguntas.

Por su parte, Jumper declaró al sitio oficial del premio que antes de su anuncio consideraba que tenía apenas 10 por ciento de posibilidades de obtener el reconocimiento, por lo cual había planeado dormir hasta el punto de que, cuando me despertara, supiera si había recibido el Nobel. No funcionó del todo, porque es difícil dormir tanto.

El laureado mencionó que la noticia es absolutamente extraordinaria: he sido biólogo computacional durante mucho tiempo y me gusta decir en las charlas que necesitamos que esto funcione. Ya sabes, necesitamos la computación para resolver los problemas de la biología. Y me encanta que esté empezando a funcionar y no puedo creer que estemos recibiendo reconocimiento tan rápido por ello.

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