Rafá. Majed tenía apenas 40 días de vida cuando murió en Rafah, en el sur de Gaza, durante la operación israelí que destrozó varios edificios y permitió rescatar a dos rehenes.
“Oímos el bombardeo sin previo aviso, declaró Said al Hams, de 26 años, en el campo de refugiados de Rafá. Su sobrino “nació exactamente hace 40 días y murió” en el ataque, que dejó herida a su madre.
El bebé es uno de los cerca de cien muertos por la operación nocturna israelí en Rafá, según el ministerio de Salud de Hamás, que gobierna la franja de Gaza.
Decenas de bombardeos israelíes golpearon Rafá, donde cerca de 1.4 millones de personas tratan de refugiarse de la guerra entre Israel y Hamas, que comenzó hace más de 4 meses.
Mientras que los israelíes celebraban la liberación de los dos rehenes, de origen argentino, en Rafá la gente relataba una noche aterradora.
“La situación era un infierno”, contó Abu Suhaib, que dormía a tan solo decenas de metros de uno de los lugares golpeados por las fuerzas israelíes.
“Oímos el sonido de explosiones, como un infierno cayendo sobre los civiles”, explicó a Afp este joven de 28 años, que también escuchó disparos de aviones de guerra, tiros y un helicóptero aterrizando.
Una enorme pila de escombros ocupa el lugar donde varios edificios fueron arrasados por los ataques, junto a los restos de una casa que, según testigos, sus habitantes abandonaron hace dos meses al ser advertidos por el ejército israelí de que sería bombardeada.
El ataque aéreo también dejó cinco grandes cráteres, de al menos 10 metros de ancho y cinco de profundidad.
“No puedo decirle cómo sobrevivimos esta noche”, declaró Abu Abdullah al Qadi, que se despertó por el ruido de disparos.
“Mataron a mi primo, mataron a muchas personas con bombardeos”, afirmó, mientras decenas de personas se reunían junto a los edificios destruidos.
“Asaltaron este edificio y parece que liberaron prisioneros, y luego lo bombardearon”, junto a “todas las casas de al lado”, añadió.
“Una noche aterradora”
El campo de refugiados se encuentra en el corazón de Rafá, donde cientos de miles de personas se hacinan tras seguir las órdenes israelíes de huir de otras partes de Gaza.
A pesar de la creciente alarma internacional ante una posible invasión terrestre de la ciudad, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, prometió el lunes que la “continua presión militar” es la única forma de liberar a todos los rehenes.
Durante su ataque del 7 de octubre en el sur de Israel, combatientes palestinos secuestraron a unas 250 personas, según un recuento de Afp basado en cifras oficiales israelíes.
Israel afirma que unos 130 siguen en Gaza, aunque 29 de ellos estarían muertos.
El ataque de Hamas dejó unos mil 160 muertos, en su mayoría civiles.
En respuesta, Israel lanzó una ofensiva por la que han muerto al menos 28 mil 340 personas en la franja de Gaza, en su mayoría mujeres y menores de edad, según el último balance del ministerio de Salud de Hamas.
El lunes, decenas de familias ya desplazadas por la guerra empezaron a recoger sus escasas pertenencias temiendo un ataque de las fuerzas terrestres.
“Fue una noche aterradora”, dijo Alaa Mohammed, del norte de Gaza, mientras desmontaba una tienda de campaña en el oeste de Rafá.
“Lo que pasó por la noche presagia que algo grande pasará en Rafá. Parece que el ejército israelí entrará en Rafá”, afirmó el hombre de 42 años, que planea viajar a Deir al Balah, en el centro de Gaza, con su familia.
Tras una noche en vela, Mohammed empezó a recoger sus mantas y colchones, “como hicieron muchas familias alrededor”, mientras su familia buscaba un medio de transporte.