Las principales autoridades electorales del país se encuentran divididas, en pugnas internas por el poder, lo que imprime incertidumbre al proceso previo y posterior de las votaciones del 2 de junio.

Y aunque los pleitos han escalado a la escena pública, y éstos siguen aun cuando falta poco más de tres meses para los comicios, sus integrantes, consejeros y magistrados niegan la existencia de crisis.

Para ellos, según declaraciones a la prensa, las diferencias son normales, propias de la democracia, y las instancias operan con normalidad, afirman.

De un lado se encuentra el Instituto Nacional Electoral (INE), dividido en dos bloques de consejeros que en reuniones privadas –y hasta en sesiones– se acusan de responder a intereses políticos y de grupo; la confrontación comenzó desde abril pasado y hoy la Junta General Ejecutiva, integrada por 19 mandos del instituto, tiene 10 encargados de despacho, pues no se ha alcanzado consenso para nombrar titulares.

Por otra parte, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), responsable de validar y calificar la elección de la Presidencia de la República, en diciembre pasado protagonizó otra rebatiña, la tercera en un lustro, por el control de la máxima instancia.

Las apariciones recientes, tanto de magistrados como de consejeros, muestran que son escasos los frutos de la operación cicatriz. No obstante, los protagonistas aseguran otra cosa.

Mónica Soto, presidenta del TEPJF, pidió a los medios de comunicación que se les permita trabajar, sin clasificarlos a favor o en contra de algún grupo interno o externo.

El Tribunal Electoral no es un actor político. Es la última instancia jurisdiccional en México para resolver todos los medios de impugnación y para calificar los procesos electorales. El tribunal no somos tres o cinco magistrados, somos todos, todo un equipo muy muy consolidado de personas, declaró.

En una conferencia de prensa, en la que de nuevo no estuvieron dos magistrados, supuestamente por razones de agenda, argumentó que el tribunal opera con normalidad y prueba de ello es que desde el inicio del proceso electoral federal 2023-2024, del 7 de septiembre pasado a la fecha, han recibido 3 mil 332 asuntos y no hay rezago.

Aparte, la presidenta del INE, Guadalupe Taddei, ha salido en los últimos días a desmentir información divulgada a partir de extrañas filtraciones, como le llamó, por ejemplo, a la divulgación del contenido de una sesión de especialistas del comité técnico del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP).

El INE debió emitir una tarjeta informativa para subrayar que no existe riesgo alguno de la operación del PREP, encargado de dar resultados provisionales la misma noche de los comicios.

También hubo tarjeta informativa para responder que sólo fue un contratiempo en las licitaciones lo que impidió dar uniformes completos y telefonía a los 49 mil 780 supervisores y capacitadores asistentes, quienes desde el viernes pasado salieron a las calles a buscar a los ciudadanos que serán los funcionarios de casilla.

En rueda de prensa se le preguntó si tenía al enemigo en casa.

Pues como decíamos en la reunión (de temas de seguridad con los partidos políticos), el INE no tiene capacidad de investigación. Esperemos que no sea así, que todo sea una extraña filtración y que esto se corrija, añadió Taddei.

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