En su cuarta edición, que empieza hoy y culmina el 9 de noviembre, el Encuentro de Cultura Chicana en la Ciudad de México busca reafirmarse como puente y punto de intercambio de conocimientos y saberes entre comunidades que, aunque geográficamente separadas, abordan problemas similares.

Buscamos celebrar la identidad, la hermandad y el orgullo de ser latino, fortaleciendo los lazos entre México y Estados Unidos por medio del arte y la cultura. El encuentro tiene por objetivo difundir las manifestaciones artísticas y culturales de la comunidad chicana en diálogo con las expresiones culturales que se desarrollan en la capital mexicana, explicó Alfonso Vázquez, fundador del colectivo Chicanxs Sin Fronteras y coordinador del acto.

En entrevista, el historiador y antropólogo (Ciudad de México, 1982) señaló que desde su fundación, en 2018, esa agrupación se ha abocado a fomentar el diálogo y la reflexión comunitaria sobre temas como la identidad, la migración y el carnalismo, creando un puente cultural entre las comunidades chicana y mexicana.

Refiere que el proyecto tiene su origen en un programa radiofónico que, hasta la irrupción de la pandemia de covid, se transmitía en una emisora independiente para difundir en esta urbe a las voces chicanas, latinas y de otras comunidades que radican en Estados Unidos.

Nuestra intención era traer voces para ser un contrapeso a las narrativas que se realizaban de las comunidades mexicana, latina y migrante en Estados Unidos. Queríamos dar otra cara de lo que se decía en los principales medios de comunicación en aquel país, pero también en algunos del nuestro, que repetían esas narrativas, las cuales consideraban a migrantes, chicanos y personas de diferentes comunidades, entre ellas la negra, como lo peor en Estados Unidos. Queríamos mostrar lo contrario, que la cultura chicana y la de los grupos migrantes es vasta, enorme, muy rica, sostiene.

En 2022, el colectivo llevó a cabo el primer Encuentro de Cultura Chicana en la capital mexicana, en el pueblo de La Candelaria, Coyoacán, con la participación de ocho mujeres muralistas de San Diego y la frontera, así como de un artista fronterizo de Tijuana y San Diego.

Ese año tuvo lugar el segundo encuentro, en el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Naucalpan y el café La Resistencia, con la participación de poetas. En 2023, el tercero, dedicado al arte y la poesía, para el cual abrieron sus puertas la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda y la Casa de la Universidad de California.

Esta cuarta edición, dice el activista, es la más grande, no sólo porque se cuenta con la colaboración de más instituciones, entre ellas el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) y las universidades Nacional Autónoma de México (UNAM) y Autónoma Metropolitana (UAM), sino que a la pintura y la poesía se suman disciplinas como la literatura y el cine, además del activismo social.

Ahora tenemos 10 sedes y la participación de activistas muy involucrados en el trabajo comunitario en Estados Unidos. Vienen, por ejemplo, representantes de Underground Scholars, de la Universidad Berkeley, que son personas chicanas y de otras comunidades que imparten educación superior en prisión; también del Partido de la Raza Unida, de California, así como de Homeboy Art Academy, parte de la organización Homeboy Industries, que da servicio de rehabilitación a ex pandilleros, comenta.

La lista de participantes, por el lado estadunidense, incluye a destacados académicos, escritores y artistas plásticos, entre ellos Dulce M. López, de la Universidad de California en Los Ángeles; Carmen Tafolla, del Instituto de Letras de Texas; Luis J. Rodríguez y Trini Rodríguez Tlazohteotl, de Tía Chucha’s Centro Cultural & Librería; Felicia Fe Montes, de Mujeres de Maíz; Viva Padilla, de Re/Arte Centro Literario, y Matt Sedillo, del Instituto Cultural Mexicano de Los Ángeles.

Por el flanco nacional, además de profesores y alumnos de La Esmeralda, poetas y escritores, hay representantes de la comunidad chicana en México, como Roberto Hernández y Ricardo Zepeda, del Chicano Fest en Guadalajara, además de chicanos de Ciudad de Nezahualcóyotl y (la alcaldía) Gustavo A. Madero, personas que no crecieron en Estados Unidos, pero que se identifican con esa cultura y asumen su estética en la vestimenta y forma de hablar y expresarse.

Alfonso Vázquez recuerda que no es la primera vez que se dan estos encuentros entre las comunidades chicana y mexicana en la capital del país, sino que datan desde los años 70, después del surgimiento del movimiento chicano, entre 1968 y 1969, encabezado por César Chávez y Dolores Huerta.

La particularidad de nuestros encuentros es que no sólo se hacen en espacios institucionales, sino también comunitarios independientes. Nuestro reto como colectivo es no sólo ser un puente entre las comunidades del otro lado de la frontera y esta urbe, sino también entre instituciones gubernamentales y de educación superior, y espacios comunitarios e independientes de lugares como el pueblo de La Candelaria o Tepito, entre otros.

El cuarto Encuentro de Cultura Chicana en la Ciudad de México se inaugura hoy en La Esmeralda a las 10 horas; entre otras actividades, participarán Las Musas Sonideras. Otras sedes son la galería José María Velasco, la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, el CCH Naucalpan, la Escuela Nacional Preparatoria 4, la UAM Azcapotzalco, Ú-Topicas Librería y la Casa de la Universidad de California.

Todas las actividades son de acceso gratuito y pueden consultarse en Facebook e Instagram en la cuenta @chicanxs_sin_fronteras. Habrá transmisiones en vivo en www.facebook.com/ChicanxsSinFronteras.

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