Tijuana, BC., El primer homenaje póstumo al padre del rock mexicano, Javier Bátiz, fue de sus discípulos y amigos, músicos que alternaron canciones navideñas con blues y jazz para despedir y llorar juntos a su maestro.

Lo que se había organizado como un concierto a beneficio del Brujo, que nació Javier Isaac Medina Núñez un 3 de junio de 1944, para ayudarlo a enfrentar el cáncer de próstata que padecía, se convirtió en el primer homenaje póstumo, por decisión de su familia y el Centro Cultural Tijuana (Cecut).

El servicio funerario está programado para hoy, y en el año por comenzar habrá un gran concierto “tributo“, informó Vianka Santana, directora del centro.

El tenor Marco Antonio Labastida, con quien Bátiz montó el espectáculo Fusión al Estilo Tijuana, fue uno de los organizadores.

–¿Un tenor y un rockero, juntos?

–Era un hombre al que le gustaba innovar, fuimos juntos a muchos lugares y escenarios, desde el programa de televisión Animal Nocturno hasta la Feria del Libro de Guadalajara. Su Sonido Tijuana, con toda la influencia negra del blues, daba para eso.

En el cubo del Cecut compartieron escenario anoche un par de alumnos. Javi Martínez en la batería; el bajista Marco Rentería, que toca con Caifanes; Jorge Villalobos, pianista y arreglista.

Los músicos de rock lo vieron siempre como un emblema, modelo a seguir que, además, representa una época. Es el padre del rock en México, pero para Tijuana es muchas cosas más, sostiene la directora del Cecut.

“Representa la generación de Avándaro–concierto al que, por cierto, no pudo llegar–, genera un movimiento…, pero aquí no solamente trabajó Bátiz para Bátiz, sino que actuó con grupos de la comunidad, desde la Orquesta de Baja California, hasta los veranos de rock que organizó con el maestro García Barrios”.

Caminó en diferente disciplinas y géneros, y desde que en los años 90 volvió a su tierra, trabajó con la comunidad. Dejó muchos alumnos… más allá de lo que se diga de Carlos Santana, sus pupilos es-tán aquí.

Vamos a pensar en él, a acordarnos de él, sostuvo el tenor Marco Labastida al abrir el concierto mezcla de música navideña y blues… una noche con sabor a Javier Bátiz que se inició con un minuto de aplausos.

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