Río de Janeiro. Más de 250 hinchas de Peñarol fueron detenidos el miércoles en Río de Janeiro tras disturbios previos al duelo entre el club uruguayo y el brasileño Botafogo por las semifinales de la Copa Libertadores de América, informaron las autoridades.

La policía brasileña dijo en un comunicado enviado a la AFP que trasladó a los detenidos a la Ciudad Policial, bajo señalamientos de que cometieron “una serie de actos de vandalismo, incluyendo saqueos y destrucción de establecimientos comerciales y vehículos”. “Ante la gravedad de la situación” fue desplegada una brigada especial de choque, que utilizó bombas de estruendo, agregó la policía.

Los bomberos debieron intervenir para sofocar el fuego provocado en varios vehículos, incluido un autobús. Una pistola fue confiscada.

El secretario de Seguridad de la alcaldía de Río, Victor Santos, reconoció que hubo “una falla en la planeación” del esquema de seguridad que debía custodiar a los aficionados charrúas.

“Se subestimó el evento, el número de policías era inadecuado”, dijo al canal Globonews.

– Versiones encontradas –

Imágenes en vivo transmitidas por el canal Globo mostraron a hinchas lanzando diversos objetos como botellas y palos y protegiéndose con sillas plásticas. También, la policía obligó a los aficionados mirasoles a apiñarse y a tumbarse en el suelo antes de ser detenidos.

Llegados de Uruguay en autobuses, los fanáticos se habían reunido cerca de la playa del Recreio, en la zona oeste de Río, a pedido de las autoridades. “Llegaron para causar disturbios. Un deporte como el futbol, que es un hobby, que es para hacer a la gente feliz (…), algo así es muy triste”, dijo Tadeu da Silva, un comerciante del barrio, de 34 años.

Pero aficionados aurinegros aseguraron que actuaron en defensa propia tras ser atacados por ‘torcedores’ brasileños. Tenían “armas de fuego, piedras, prendiendo fuego a ómnibus, todo, robando”, dijo el representante de jugadores y fanático mirasol Edgardo Lasalvia a la radio Sport 890 de Montevideo.

– Juego retrasado –

El internacional uruguayo Guillermo Varela, del Flamengo, rival de patio del Botafogo, estaba en el lugar y fue “abordado” por la policía, según explicó el jugador en un mensaje en Instagram. El lateral derecho aseguró que acudió al sitio para “rescatar a dos amigos que estaban asustados por la confusión” y negó haber participado en ningún “acto de violencia”. “Luego de que todo se resolvió, fui a un almuerzo” del ‘Fla’, apuntó, en una versión confirmada por los rojinegros en X.

La ida de la semifinal de la Libertadores entre Botafogo y Peñarol estaba prevista por la noche en el Estadio Olímpico Nilton Santos, ubicado en el norte de la ciudad, pero inició quince minutos después. El presidente de los aurinegros, Ignacio Ruglio, aseguró que la dilación se debió a que el bus de su equipo llegó tarde al estadio por supuesta negligencia de las autoridades cariocas.

“Nos pasearon casi dos horas”, dijo a periodistas antes del pitazo inicial, y afirmó que el vehículo fue atacado con una piedra. Botafogo había llamado más temprano al “respeto entre las hinchadas”.

– “Delitos más graves” –

El club uruguayo dijo el martes que unos 20 autobuses arribarían desde el país vecino y que pondría a disposición otros 20 para el traslado desde la playa de Recreio hasta el estadio. Tras los disturbios, el alcalde de Río, Eduardo Paes, afirmó en X que había alertado a la policía militar, que depende del estado, de que el lugar y “el modelo” de seguridad “traerían problemas”.

Las autoridades estudiarán las imágenes captadas para “individualizar las conductas”, puesto que algunos de los detenidos van a tener que responder por “delitos más graves”, declaró el secretario Santos. Cinco veces campeón del principal torneo de clubes de América, Peñarol aterrizó en Río con la intención de dar una nueva sorpresa en su primera semifinal de Libertadores desde 2011, después de eliminar al poderoso Flamengo en cuartos.

Rio ya ha sido escenario de choques entre aficionados durante partidos del certamen internacional en años anteriores, con denuncias recurrentes de los hinchas extranjeros de que hubo exceso de fuerza de parte de la policía.

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