Bogotá. Chocó, el departamento más pobre de Colombia y uno de los más golpeados por la violencia, llora la muerte de al menos 34 personas que quedaron sepultadas bajo un alud de tierra cuando transitaban por la carretera Medellín-Quibdó, al noroccidente del país.

Fuentes de la gobernación del Chocó y de la alcaldía de Carmen de Atrato, donde se produjo el derrumbe, dijeron que 35 personas heridas han sido trasladadas a hospitales de la región en medio de un considerable despliegue de rescatistas civiles y militares.

De acuerdo con versiones de testigos, algunos de los que incluso grabaron escalofriantes imágenes del momento exacto en el que toneladas de tierra se desprenden de una montaña, el siniestro repentino sorprendió a decenas de vehículos que estaban estacionados en la vía a la espera de que abrieran paso, pues horas antes sucedió otro derrumbe un par de kilómetros adelante.

El deslave ocurrió en la carretera Medellín-Quibdó sobre decenas de vehículos. En la imagen, la labores de rescate. Foto Ap

Un hombre, que viajaba en bus y que se salvó milagrosamente, relató a medios locales que la mayoría de muertos quedó bajo los escombros de una humilde vivienda donde la gente se resguardaba de las fuertes lluvias, las cuales comenzaron hacia el mediodía, unas horas antes del deslave carretero.

Al confirmar, la tarde de ayer, que la cifra de fallecidos llega a 34, la vicepresidenta Francia Márquez, sostuvo que se mantendrán varios días las labores de búsqueda y rescate de personas afectadas por la avalancha y no descartó que entre los escombros aún haya personas con vida. De acuerdo con Márquez, la mayoría de las víctimas son niños y niñas que regresaban con sus padres a Quibdó tras las festividades de fin de año.

La gobernadora del Chocó, Carolina Córdoba, se hizo presente desde la noche del viernes en el área con el fin de coordinar las tareas de medio centenar de rescatistas del ejército, helicópteros de la fuerza área e integrantes de la defensa civil y el cuerpo de bomberos de Carmen de Atrato. Visiblemente conmovida, Córdoba expresó que aquello era otra tragedia anunciada y criticó a los gobiernos nacionales y departamentales que han sido incapaces por décadas de construir una carretera moderna y segura entre Medellín y Quibdó, la capital de su departamento. Situado al noroccidente del país, el Chocó tiene costas sobre el Pacífico y el Atlántico y es habitado por poblaciones afrodescendientes y algunas comunidades indígenas, víctimas de la violencia ejercida por grupos armados irregulares que disputan territorios muy apetecidos por los cárteles de la droga para el envío de cocaína a los mercados internacionales.

Desde hace unos cinco años, el Chocó también es usado como paso de centenares de miles de migrantes de Asia, África y América Latina hacia Centroamérica.

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