La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), informó que el ecólogo Miguel Martínez Ramos, experto del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad, fue designado miembro honorario de la Asociación para la Biología Tropical y la Conservación (ATBC, por sus siglas en inglés), la sociedad científica internacional más importante en la materia dedicada a promover la investigación, educación y comunicación en estos campos.

Martínez Ramos explicó que el nombramiento se otorga a personas que han contribuido de manera extraordinaria al avance del conocimiento y/o con acciones para la preservación, además de su papel destacado en el apoyo a la población y el compromiso de vincular los resultados de la investigación con esta.

El reto más importante, manifestó el científico, es cómo contribuir a mantener las reservas, la biodiversidad y los ecosistemas de ese tipo y a que los seres humanos concilien sus actividades de desarrollo con la preservación.

Como ejemplo, dijo, “comemos frutas u otros platillos de biodiversidad tropical: mamey, papaya, mango y cereales como maíz, que es originario del trópico. Entonces, el desafío es no solo basarnos en la protección en las reservas, sino cómo podemos conservar la biodiversidad en donde los seres humanos estamos directamente en contacto con ella”.

El investigador universitario, refirió: transformamos los bosques tropicales en pastizales ganaderos o en grandes extensiones de soya. En ese sentido, cómo cambiar el modelo de producción industrial en otra biodiversa que incluya a las comunidades indígenas, rurales y campesinas. “Claro que es un tema hipercomplejo cuya dimensión económica es la que impera y, por supuesto, da muchos empleos, pero en ocasiones estos son de bajos salarios, lo que hace que haya desigualdad”.

El especialista en ecología y manejo de bosques tropicales, y también presidente del Comité de Conferencias de la ATBC, enfatizó: este nombramiento me da un sentido de responsabilidad “para seguir aportando mi trabajo y esfuerzo en la formación de estudiantes. Las juventudes son importantes para el futuro, en un mundo cambiante y que muchas veces va en una dirección que no deseamos, es decir, de degradación social y ambiental”.

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