La imagen del estadio Ciudad de los Deportes, cerrado y con los sellos de suspensión que autoridades de la alcaldía Benito Juárez colocaron el sábado por el incumplimiento de normas de protección civil, genera un precedente para los vecinos de la colonia Nápoles y zonas aledañas. Las toneladas de residuos que produce un partido de futbol, los coches estacionados en doble fila y personas que exigen hasta 300 pesos a cambio de reservar un lugar en la calle producen un malestar colectivo que va en aumento por el número de actos programados en el calendario.
En cinco meses, los equipos Atlante, Cruz Azul y América han disputado 25 encuentros en el recinto, lo que equivale a casi dos por cada fin de semana. A eso se suman, en el mismo periodo, al menos seis espectáculos y corridas de más de 45 mil personas en la Plaza de Toros. Entiendo la postura de los que son aficionados, pero por encima del interés económico debe estar la seguridad de la gente
, afirma Lina Belaunzurán, habitan-te de la demarcación desde hace más de 40 años. Los franeleros ni siquiera son de aquí, vienen de otras colonias con la complicidad de los policías
.
Desde el pasado sábado, las personas que recorren el circuito entre ambos inmuebles salen con su habitual premura de algún edificio, se detienen en los locales de comida, saludan a una o más caras conocidas y recogen la ropa tendida en sus azoteas antes de que pase el camión de la basura. Los días de partido son otra cosa
, advierte el señor Fermín, vendedor de chicles y cigarros que espera el paso del Metrobús sobre avenida Insurgentes. Como el lunes lo hizo el América, el Atlante confirmó ayer que cambiará de sede cuando enfrente a Dorados en los cuartos de final de la Liga de Expansión, el 10 de noviembre en el estadio Hidalgo.
El alcalde de Benito Juárez, Luis Mendoza, difundió ayer un video en redes sociales en el que señaló que corresponde a las empre-sas subsanar todas las irregularidades detectadas para que las actividades puedan regresar a la normalidad a la brevedad
en los recintos. Los habitantes de las colonias Nochebuena y Ciudad de los Deportes coinciden en que algunos de los asistentes orinan y defecan en las banquetas, otros arrojan basura y los franeleros estacionan coches en los accesos de las viviendas.
Incluso, los residentes modifican sus actividades cotidianas porque prefieren no salir o anticipar la salida o regreso a sus domicilios para evitar el caos en el tránsito vehicular. Ellos proponen a las autoridades la instalación de sanitarios móviles, además de que se incluya, junto con el costo del boleto del evento, el valor de un lugar de estacionamiento en algún local debidamente establecido en los alrededores como el World Trade Center.
Más que sentirse afectados, los seguidores americanistas celebran alejarse de un complejo deportivo que no sienten propio. El Cuauhtémoc es mejor estadio que el Azul, esa debería ser ya nuestra casa
, señala José Villanueva Ponce, fanático del club de Coapa y renuente a la idea de compartir la localía con los Potros y el líder Cruz Azul mientras terminan los trabajos de remodelación en el Azteca rumbo al Mundial 2026. Ante la urgencia de organizar el partido, la directiva de las Águilas llegó a un acuerdo con el Puebla para jugar ahí contra el Pachuca en la penúltima jornada de la Liga.
Fenómeno atípico
La noticia produjo un fenómeno atípico en miles de personas que siguen al actual bicampeón. Llegar al Azul es imposible: no hay estacionamiento, los franeleros cobran lo que quieren por no rayar el coche y sigue siendo un estadio de otra categoría, viejo y poco funcional
, sostiene Gustavo Adolfo Rivera, chofer y vecino de la colonia Santa Úrsula Coapa, donde la afición al América está a la vista en las paredes de varias casas. Es mejor jugar en Puebla que en cualquier otra cancha de la Ciudad de México. Mejor irnos de aquí a otro estado que pedirle prestado el estadio Olímpico a los Pumas
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Taquillas abarrotadas en Puebla
El plantel del América llegó ayer a la capital poblana vía terrestre desde las instalaciones de Coapa. Al comenzar la venta de boletos en taquilla, cientos de personas hicieron fila a las afueras del Cuauhtémoc con un límite de 10 entradas por persona –pagando con una sola tarjeta– y precios que iban de 150 pesos, en la parte alta, hasta 550 en la grada más cercana a las bancas. Desde que en junio iniciaron las obras de remodelación en el Azteca, el cuadro que dirige el brasileño André Jardine ha registrado asistencias de menos de 11 mil espectadores –10 mil 236 ante el Atlas, fecha 8– en el Ciudad de los Deportes, incluso en su estreno como campeones.
Pensábamos que después de los resultados que hemos tenido íbamos a tener lleno cada 15 días en un estadio más chico como éste, pero la afición no ha respondido
, declaró en octubre el presidente deportivo del club, Santiago Baños, a TUDN. A decir de varios americanistas, la solución está en buscar otra casa. En Toluca, Puebla e, incluso, Guadalajara nos sentimos más locales y casi siempre jugamos con estadio lleno
, agrega Luis Ochoa, quien, como miles de usuarios en grupos de redes sociales, ha celebrado la clausura del antiguo estadio Azul para buscar una localía diferente.
Cruz Azul, también anfitrión en el recinto cercano a la Plaza de Toros y equipo que buscará batir el récord de puntos en la Liga (43 en 19 jornadas), aún evalúa dónde jugará su siguiente y último encuentro de la fase regular en casa ante Tigres, el próximo sábado a las 21 horas. Una situación parecida atraviesa el América en cuartos de final del torneo femenil, al no haber definido dónde chocará con el Guadalajara el 11 de noviembre. La ida quedó programada tres días antes en el Akron.
La liguilla es otro torneo
, advierte el lateral de las Águilas, Israel Reyes, sobre las 40 unidades de La Máquina en el primer lugar; por más que hagas 50 puntos, el campeonato es lo que determina quién fue el mejor del torneo. A nosotros nos sienta bien cualquier cancha, no pensamos en dónde hubiéramos preferido jugar.