Los clásicos ante América suelen encender un ánimo diferente en Cruz Azul, como si buscaran una revancha histórica, aunque esa misma vehemencia también los lleva a cometer yerros vitales. Ahora, La Máquina sólo pudo rescatar un empate a cero de visitante frente a las Águilas en la ida de las semifina-les del torneo Apertura 2024, resultado que deja abierta la serie.

Aun cuando el marcador no complace a la afición, los Celestes, líderes en la fase regular, se van con cierta tranquilidad al verse beneficiados por una mejor posición en la tabla y con el anhelo de cerrar en su favor la serie el domingo de locales. El bicampeón América, a su vez, está obligado a ganar en el encuentro de vuelta para no ceder la corona de manera prematura.

Estadio repleto

Como pocas veces desde la mudanza temporal de las Águilas, el estadio Ciudad de los Deportes se transformó en un escenario pintado de amarillo. Tal como se anunció desde antes, el recinto se llenó de miles de seguidores, en su mayoría americanistas, para alentar al conjunto de André Jardine con el anhelo de cumplir con las estadísticas históricas y tomar ventaja en la serie.

El gran número de asistentes y la rivalidad deportiva entre ambos planteles no pasó de manera inadvertida ante las autoridades locales, que desplegaron más de 800 policías como parte del operativo Estadio Seguro.

Ni siquiera había comenzado el juego cuando el entusiasmo de los seguidores ya daban vida al juego. Al arribar al estadio, las Águilas fueron ovacionados por un grupo de aficionados que coreaban los nombres de varios integrantes del plantel, como el técnico Jardine y el ariete Henry Martín, quien ingresó en el complemento del duelo, pero poco pudo hacer ahora.

Si ambos clubes compartían el estadio como locales, ahora quedaba claro que el anfitrión y el apoyo era del América. Grandes de corazón, se podía leer en una manta en las gradas para alentar a los de Coapa.

Sin embargo, toda esa energía que emanaba desde la gradería parecía no alcanzar a los americanistas en la cancha. El conjunto amarillo llegaba con mayor presión, pues tras haber ganado su pase a la liguilla en el play-in después de terminar en el octavo peldaño, está obligado a un victoria en el marcador global para pelear por el tercer título consecutivo.

No obstante, aun cuando Cruz Azul podría haber apostado por una estrategia de mesura, pues la posición de líder le permitía avanzar incluso con un empate, fue mucho más aguerrido en la cancha.

Luis Romo fue el elemento más peligroso de La Máquina en la primera parte del juego al arriesgarse en más de una ocasión en busca del arco rival, pero en su empe-ño fue detenido por el zaguero Ramón Juárez.

Aun cuando los cruzazulinos tenían ventaja por mejor posición, se percibía una presión en el equipo. Se trataba de una losa de antaño, el peso de no poder vencer al América en liguilla desde el torneo de Invierno de 1999.

Consciente de lo que estaba en juego, el técnico Martín Anselmi se dejaba llevar por la intensidad el juego al mandar órdenes de manera enérgica en cada falla o jugada de ataque de su equipo.

Ángel Sepúlveda, el goleador de La Máquina, también buscó las redes en el complemento, pero tampoco estuvo fino en esta ocasión.

Fue hasta poco antes de la primera hora de juego cuando el América se acercó a la meta con disparos de Alan Cervantes y Alejandro Zendejas, pero fueron atajados por el arquero Kevin Mier. Entre la euforia, Jardine cayó en la imprudencia y tras lanzar reclamos al árbitro se llevó una amonestación.

Así, aun cuando el duelo estuvo rodeado de gallardía por parte de los Celestes e ímpetu desde las gradas con la afición americanista, nada movió el marcador. Un resultado frío que por ahora le da vida a La Máquina.

El técnico Anselmi señaló que ya preveían un duelo cerrado donde los errores podrían ser trascendentales. Estuvimos calmos pacientes, entendíamos que es un juego donde el que se equivoca pierde. Es una semifinal contra un gran equipo y sabemos que será duro, señaló tras el encuentro.

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