Toma la hoja de menta, se ofrece para resistir los fuertes olores mientras se camina por angostos callejones de la Medina de Fez, rumbo a la curtiduría Chouwara, donde trabajan pieles de camello, vaca y cordero con el fin de fabricar productos que se venden en los zocos, mercados tradicionales de Marruecos.

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Decenas de curtidores introducen las pieles en enormes cubos de cal y excremento de paloma, donde las dejan reposar por días. Luego retiran los restos de pelo y proceden a la coloración, introduciéndolas en grandes tinas con tintes naturales.

Cuando las pieles están coloreadas y secas, los artesanos las transforman en bolsos, maletas, zapatos, abrigos y otros artículos. Chouwara está en medio de la Medina de Fez, amurallada con estructuras medievales y considerada la zona peatonal más grande del mundo.

Con sus más de 9 mil callejones, es una mezcla de colores, olores, sabores y considerada patrimonio de la humanidad por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

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