Hace ocho años exactos, enero de 2017, el mariscal de campo Colin Kaepernick jugó por última vez en la NFL. Las protestas que encabezó desde 2016 junto con decenas de jugadores al hincarse durante el Himno de Estados Unidos en los partidos, en repudio al racismo y la brutalidad policiaca contra la población afrodescendiente de su país, provocaron que ningún equipo lo firmara pese a tener constantes apariciones en postemporada.

Uno de sus principales detractores fue el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien el pasado lunes asumió por segunda ocasión el cargo y que desde su primer mandato criticó las protestas al considerarlas una falta de respeto para la nación.

¿No les gustaría que alguno de estos dueños de la NFL, cuando ven que estos jugadores le faltan al respeto a nuestra bandera dijera: ¡Saquen a ese hijo de puta del campo ahora, está despedido!?, exclamaba el mandatario.

Aquellas protestas significaron para el mariscal que llevó a San Francisco al Supertazón en 2013 el fin de su carrera. En cambio, en noviembre de 2024 el defensivo de los 49ers, Nick Bosa, uno de los jugadores mejor pagados con un contrato de 170 millones de dólares por cinco años, mostró abiertamente su simpatía hacia la candidatura del presidente Trump, al aparecer portando una gorra con el eslogan de campaña del partido republicano Make America Great Again durante un juego y recibió sólo una multa de 11 mil 255 dólares.

El reglamento de la liga establece que durante el periodo en el día del partido en que un jugador es visible para el estadio y la audiencia televisiva, tienen prohibido usar, mostrar o transmitir de otro modo mensajes personales, ya sea por escrito o ilustración, a menos que dicho mensaje haya sido aprobado previamente por la oficina de la liga. Al enterarse de la sanción, el jugador declaró que fue un riesgo calculado y valió la pena.

Se puede inferir que el discurso del presidente Trump funcionó como una invitación sutil, respecto a que las empresas se deben someter a sus sugerencias o enfrentar con-secuencias. La liga cuida su imagen en términos de cuál discurso desean proyectar hacia la gen-te y no contratar a Kaepernick fue una manera de evitar el escándalo, inclusive hay racismo en el asunto, explicó Erick Suaste, doctor en ciencias políticas y sociales, especialista en análisis del discurso.

Kaepernick comenzó a protestar al argumentar que “no podía mostrar orgullo por la bandera de un país que oprime a la gente negra y personas de color.

No estoy buscando aprobación. Tengo que levantarme por la gente que está oprimida. Si me quitan el futbol americano y mis patrocinios, sé que me levanté por lo que es correcto, declaró.

El mariscal demandó en 2017 a la liga acusando a los dueños de las franquicias de ponerse de acuerdo para no contratarlo después. En 2019 llegaron a un acuerdo en la demanda por colusión sin revelar detalles. La resolución de este caso está sujeta a un acuerdo de confidencialidad, por lo que no habrá ningún comentario al respec-to por ninguno de los lados, comentó Geragos y Geragos, firma de abogados que representa a Kaepernick.

Después de que Trump se pronunció en contra de las protestas, coincidió que liga intentó establecer una nueva regla para prohibir que cualquier miembro de los equipos se arrodillara durante la ceremo-nia del Himno Nacional, con la opción de que los inconformes se quedaran en los vestidores. Sin embargo, la iniciativa se congeló meses después ante la negativa de la asociación de jugadores.

Alejados de los fanáticos

En un memorando, el comisionado Roger Goodell dijo a los ejecutivos en su primer pronunciamiento al respecto, que la situación sobre el himno había alejado a la NFL de sus fanáticos y agregó que la liga tenía que superar esta polémica y hacerlo junto con los jugadores.

Como muchos de nuestros seguidores, creemos que todo mundo debería ponerse en pie para escuchar el Himno Nacional. Es un momento importante en nuestro juego. Queremos honrar a nuestra bandera y a nuestro país, y nuestros seguidores esperan eso de nosotros, escribió Goodell en un correo electrónico.

Sin embargo, esta postura coincidía con las críticas que hizo Trump, respecto a que los niveles de audiencia estaban en picada. Está por los suelos, excepto antes de que comiencen los partidos, cuando la gente los sintoniza para ver si nuestro país será irrespetado o no, publicó en su red social X.

La retórica de Trump divide y se pronuncia en contra de las minorías en razón de raza, etnia, nacionalidad y preferencia sexual (justo como lo hace ahora). Su discurso también esta en línea con el avance de la derecha en muchos países de Occidente. Además, opinó sobre este asunto haciendo que el hecho se politizara y criminalizó las protestas que Kaepernick y decenas de jugadores realizaron,, explicó Suaste

Cuando en 2020 las manifestaciones en Estados Unidos escalaron debido al asesinato de George Floyd, la NFL reconoció que no fue sensible con los jugadores que denunciaron racismo.

En la NFL condenamos el racismo y la opresión sistemática a los afroestadunidenses. Admitimos que nos equivocamos por no escuchar a los jugadores antes y alentamos a todos a hablar y protestar pacíficamente. Nosotros creemos que las vidas de los afrodescendientes importan, comentó Goodell.

(Con información de Ap)

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