El Cairo. El jefe de Hamas, Ismail Haniyeh, culpó el domingo a Israel de paralizar las conversaciones de alto el fuego y de rechazar la exigencia de Hamas de poner fin a la guerra en Gaza, pero afirmó que el grupo seguía buscando una solución negociada.

Haniyeh dijo que Israel aún no se había comprometido a poner fin a su ofensiva militar, retirar sus fuerzas y permitir a los palestinos desplazados regresar a sus hogares en toda la Franja de Gaza.

“No queremos un acuerdo que no ponga fin a la guerra en Gaza”, dijo Haniyeh en un discurso televisado, un día antes de que comience el mes sagrado musulmán del Ramadán.

“El enemigo sigue negándose a ofrecer garantías y compromisos claros sobre la cuestión del alto el fuego y el fin de la guerra agresiva contra nuestro pueblo”, añadió.

Haniyeh dijo que su grupo estaba decidido a defender a su pueblo y, al mismo tiempo, buscar una solución negociada.

“Hoy, si recibimos una posición clara de los mediadores, estamos dispuestos a proceder a completar el acuerdo y a mostrar flexibilidad en la cuestión del intercambio de prisioneros”, dijo Haniyeh.

Hamas causó la guerra al matar a mil 200 personas y secuestrar a 253 en un ataque contra Israel el 7 de octubre, según los recuentos israelíes. En respuesta, Israel lanzó una ofensiva terrestre y bombardeos aéreos sobre la densamente poblada Franja de Gaza que, hasta el domingo, habían matado al menos a 31 mil 45 palestinos y herido a 72 mil 654, según el Ministerio de Sanidad del enclave gobernado por Hamás.

Israel, Estados Unidos, la Unión Europea y Reino Unido, entre otros, consideran a Hamás un grupo terrorista.

Haniyeh declaró que su grupo estaba abierto a formar un gobierno de unidad con el movimiento rival Al Fatah del presidente palestino Mahmud Abbas y otras facciones.

Dijo que los pasos hacia ese objetivo podrían incluir la elección de un Consejo Nacional Palestino y la formación de un gobierno provisional de consenso nacional con “tareas específicas” hasta que se celebren elecciones legislativas y presidenciales.

Los esfuerzos por reconciliar a los dos grupos y poner fin a las divisiones que se agravaron tras la toma de Gaza por Hamas en 2007 han fracasado. Desde entonces, la autoridad de Abbas para gobernar se ha reducido a Cisjordania, ocupada por Israel.

 

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