Cruz Azul perdió la sorpresa, el dominio, la capacidad de crear situaciones de gol en cada jugada que iniciaba desde su portería. Ahora le cuesta resolver partidos ásperos o que se complican de mala manera, como en la derrota de ayer 1-0 ante Bravos de Juárez en su visita al estadio Benito Juárez, en la frontera del país.
La Máquina demanda un cambio de fórmula. No pareció prestar atención a la lectura que hizo su rival de sus encuentros pasados, en los que se dibujaban los mismos circuitos de pase y salida. El principal antídoto a la estrategia del argentino Martín Anselmi, tan elogiado por el récord de puntos el torneo pasado, fue la paciencia y efectividad de los jugadores fronterizos.
“Tenemos que cambiar ciertas maneras de construir. América (en semifinales), Atlas y Bravos nos presionaron igual. Si no cambiamos, Necaxa y Puebla lo harán”, resumió el timonel del conjunto celeste sobre el desempeño de su plantel, mucho más predecible que en pasadas campañas. El gol del panameño José Luis Rodríguez lo dejó al descubierto (19).
El potente delantero de Bravos dejó por velocidad a Jorge Sánchez, el colombiano Willer Ditta y Jesús Orozco Chiquete en un avance por la banda izquierda y, al momento de encarar al portero Kevin Mier, cruzó la pelota mandándola al poste más lejano para el 1-0.
Los duelos individuales, las faltas y los rebotes se acumularon a favor de los locales ante la intranquilidad de Anselmi, quien no pudo contar con el extremo de triple nacionalidad, Luka Romero, debido a que hubo un retraso en su registro.
Poco contemplativa, la defensa de Bravos resolvió hasta el mínimo problema de concentración. Ni el uruguayo Gabriel ‘Toro’ Fernández ni el griego Giorgos Giakoumakis, delantero estelar de La Máquina, lograron poner en aprietos al arquero Sebastián Jurado.
Mientras el cuadro celeste sigue sin ganar en dos fechas -empató en su debut 1-1 ante Atlas-, Juárez se ubica entre los punteros de la tabla con cuatro puntos.