Washington. El número de personas en condición de calle en Estados Unidos aumentó 18 por ciento entre enero de 2023 y enero de 2024, lo que supone un récord, informó este viernes el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano. El año pasado aumentaron 12 por ciento.

Un total de 771 mil 480 personas –aproximadamente 23 de cada 10 mil habitantes de Estados Unidos– experimentaron la falta de hogar en un refugio de emergencia, un lugar seguro, un programa de alojamiento transitorio o en lugares no protegidos, revelan los datos publicados el viernes.

El número de personas sin hogar se debe a factores como la vivienda inasequible, la elevada inflación, el racismo sistémico, las catástrofes naturales y el aumento de la inmigración, explicó el informe.

Entre 2023 y 2024, los menores de 18 años fueron el grupo de edad que experimentó el mayor aumento de personas sin hogar. Casi 150 mil niños experimentaron falta de vivienda en 2024, lo que refleja un aumento de 33 por ciento (o 32 mil 618 niños más) respecto a 2023.

Las personas de raza negra, que representa 12 por ciento de la población total de Estados Unidos y 21 por ciento de la población estadunidense que vivía en la pobreza, representan 32 por ciento de todas las personas sin hogar.

En 2022, la población de personas sin hogar era de alrededor de 580 mil.

El problema de las personas sin hogar se ha agravado en Estados Unidos, donde es habitual ver en muchas ciudades a indigentes viviendo a la intemperie, con tiendas de campaña instaladas en las aceras. Los gobiernos federal y estatales han impulsado diversas estrategias para hacer frente a la crisis.

El empeoramiento de nuestra crisis nacional de vivienda asequible, el aumento de la inflación, el estancamiento de los salarios entre los hogares de ingresos medios y bajos, y los efectos persistentes del racismo sistémico han llevado al límite los sistemas de servicios para personas sin hogar, declaró el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano.

Señaló que el número de personas sin hogar disminuyó en urbes como Dallas y Los Ángeles, y el condado de Chelsey, en Pensilvania.

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