Moscú. El presidente ruso, Vladimir Putin, dirigió este jueves un mensaje a la nación, en el que responsabilizó a Estados Unidos de haber provocado la guerra de Ucrania, la cual –en su opinión– desde que autorizó el uso de sus misiles de largo alcance se convirtió en un conflicto global, y subrayó que todos deben tener claro que es imposible infligir una derrota estratégica a Rusia, al rei­terar que está lista para afrontar cualquier escenario dependiendo de lo que hagan Washington y sus aliados.

En su breve discurso, difundido en directo por la televisión rusa, Putin señaló que, pese a las advertencias de Moscú de que permitir el empleo de sus armas de largo alcance sería cruzar la enésima línea roja y que eso no quedaría sin respuesta, confirmó que el 19 de noviembre Ucrania lanzó su primer ataque con cohetes estadunidenses Atacms, seguido el 21 de noviembre de un golpe combinado con Storm Shadow británicos, que, indicó, no alcanzaron su propósito y tampoco causaron mayores daños.

Tras insistir en que Ucrania no tiene la capacidad de usar por sí sola las armas occidentales de largo alcance, subrayó que Rusia se reserva el derecho de responder con igual tipo de armamento a los países que consideran posible atacarla con sus misiles, y si persisten en ello, no dudaría en hacerlo de modo asimétrico, dando a entender que podría recurrir a su arsenal nuclear.

El mandatario ruso afirmó que, en respuesta a la embestida de Estados Unidos y sus aliados, Rusia llevó a cabo este jueves, a temprana hora, la prueba de un novedoso misil balístico hipersónico de medio alcance, sin llevar ojivas nucleares, contra uno de los consorcios de fabricación de armas más famosos desde la época soviética en la ciudad de Dnipró, el cual –según sus datos– quedó destruido.

Probará nuevas armas de corto y mediano alcances

Señaló que Rusia seguirá probando, en condiciones de combate reales, nuevas armas de corto y mediano alcances en respuesta a las medidas agresivas de la Casa Blanca y sus aliados. Anotó que Moscú, de manera unilateral, anunció que no instalaría ese tipo de armas mientras Washington no lo hiciera. Por eso, agregó, la decisión de desplegar ese tipo de armamento dependerá de las acciones de Estados Unidos y sus satélites.

Ofreció que al escoger, dependiendo de la necesidad y como medida de respuesta, qué blancos batir en Ucrania, de antemano vamos a avisar a la población civil, y a los ciudadanos de países amigos que ahí se encuentren, que abandonen la zona. Lo vamos a hacer por consideraciones humanitarias, de modo abierto, público, sin temer que el enemigo tome medidas para tratar de evitarlo.

Porque, según Putin, en la actualidad no existen en el mundo sistemas de defensa antiaérea capaces de interceptar ese tipo de misiles, los cuales avanzan a una velocidad de 2.5-3 kilómetros por segundo.

Añadió que el misil que se probó este jueves es uno de los más modernos del arsenal nuclear ruso y que sus fabricantes lo bautizaron como Orieshnik (que literalmente significa mata de avellanas, que desde épocas inmemoriales se le atribuyen propiedades mágicas al decir que protege de todos los males).

De esta manera, Putin desmintió a su par ucranio, Volodymir Zelensky, quien aseguró este jueves que Rusia, al lanzar durante la madrugada un ataque contra la ciudad de Dnipró, utilizó por primera vez en lo que va de guerra un misil intercontinental RS-26, bautizado como Rubezh; esa posibilidad fue puesta en duda por el Pentágono estadunidense, que sostenía que se trató de un misil balístico, extremos ambos que, antes de que se difundiera la tarde de ayer el mensaje del presidente de Rusia, los portavoces rusos del Kremlin y la cancillería no quisieron confirmar ni desmentir.

La fuerza aérea de Ucrania, mediante un comunicado, informó que Rusia atacó la ciudad de Dnipró, donde en los tiempos de la Unión Soviética se fabricaban los misiles de su arsenal, con un cohete intercontinental RS-26, un balístico Kinzhal y seis misiles de crucero X-101.

Aparentemente, se pudo derribar todos los X-101 y los otros dos no causaron grandes daños.

En tanto, el alcalde de Dnipró, Boris Filatov, afirmó que, como resultado del ataque nocturno, dos personas resultaron heridas, una empresa no identificada sufrió la destrucción parcial de uno de sus edificios y se desataron dos incendios.

Proyectil no llevaba ojivas nucleares

Con este balance, para los expertos es obvio que si era un RS-26 no llevaba ninguna de la seis ojivas nucleares que puede portar e incluso podría llevar una cabeza de prueba sin explosivos o con una carga menor, siendo su tamaño –12 metros de largo y unas 50 toneladas de peso– suficientes para causar al caer los daños que reportó Filatov.

Al ser el Rubezh un cohete de rango intermedio, no más de 6 mil kilómetros de autonomía, diseñado para alcanzar blancos en la parte occidental de Europa, no tendría mucho sentido militar usar uno tan cerca como está Ucrania, tener que dispararlo a 998 kilómetros de distancia desde Astracán, entre el río Volga y el mar Caspio y, además, habiendo otras opciones menos costosas que también pueden llevar ojivas nucleares, como los misiles Iskander y Kinzhal.

Por este motivo, los especialistas del Pentágono, citados de forma anónima (para variar, aunque se está haciendo costumbre) en numerosos medios de comunicación, se inclinaban a pensar que Rusia utilizó no un RS-26, sino uno balístico, como en efecto sucedió al confirmarlo Putin.

Antes, ni el vocero del Kremlin, Dimitri Peskov, ni la portavoz de la cancillería, María Zajarova, quisieron aclarar este jueves si se trató de un misil intercontinental.

El primero, simplemente, dijo que no tenía ningún comentario que hacer, mientras la segunda incluso exageró un poco al interrumpir su descanso semanal por una llamada a su celular de un desconocido –es de suponer que alguien de mayor rango que ella– para que todos los reporteros escucharan, como si fuera por un descuido, la tajante orden: No confirmes nada, como se pudo ver y escuchar en un video que dio la vuelta en las redes sociales rusas.

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