Morelia, Mich., Durante mucho tiempo la historia de Pedro Páramo estuvo en la mente de Rodrigo Prieto, desde la juventud que leyó hasta ahora que presenta en el 22 Festival Internacional de Cine de Morelia, la versión cinematográfica de la germinal y seminal obra de Juan Rulfo devenido a un espectral poema visual donde el miedo se convierte en pavor y la búsqueda en redención: Lo que me llamó la atención en mi primer acercamiento fue la historia misteriosa y fantasmal de Juan Preciado, toda mi vida me ha obsesionado este tipo de historias, desde mis comienzos en el cine.

Continuando, el hoy director cinematográfico, agrega: “cuando llegó esta oportunidad de retomar a Pedro Páramo, ya lo tenía en la cabeza. Al releerla volví a retomar el viaje de Juan Preciado en la novela, descubrí muchas cosas no sólo sobre México, sino de mis antepasados, mis raíces y sobre mí. Aprendí del dolor, esperanzas y desilusiones de cada uno de los personajes. Ese sigue siendo mi viaje, he visto miles de veces la película, obviamente, y todavía me conmueve. Empezar con Juan Preciado y desfilar por cada uno de los personajes me mueve cada uno de ellos, ese es el viaje, acompañar a cada uno de los personajes y eso me llena mucho”.

Realizar esta cinta, consideró Rodrigo Prieto, fue: “un viaje potentísimo e increíble. Cuando me llamaron para avisarme que habían conseguido los derechos de Pedro Páramo y que estaban buscando director, ingenuamente les pregunté: ‘¿quién va ser?’ Así le aventé a esa aventura y avancé. No puedo estar más agradecido por ese momento y todos los momentos que han sucedido después”.

Como se sabe, este es el debut en la silla de dirección de Rodrigo Prieto, él confesó: “existía una especie de presión al querer hacer la película de Pedro Páramo, pero cuando comencé a prepararla y me adentré en el universo rulfiano desapareció y supe que iba en serio. Por ejemplo, cuando filmamos la escena de Eduviges y Juan Preciado, interpretados por Dolores Heredia y Tenoch Huerta, los personajes se volvieron reales, cuando acabamos la escena pensé: ‘no importa qué pase con los demás, tenemos una escena potente, ya tengo película’. Eso me llevó a olvidarme de todo alrededor y empezar el resto de las escenas. Me sentí con confianza por esa transición emocional que habíamos filmado”.

Trágica y triste

Para el también cinefotógrafo, los temas que toca la cinta son básicos para entender la historia: “Pedro Páramo hereda un sistema que lo beneficia y lo utiliza de una manera destructiva para poder recuperar algo que tuvo en algún momento, el amor de alguien que sintió lo mismo por él. Se pasa toda la vida buscándolo y utiliza ese poder que heredó para recuperar ese amor. No lo logra y lo consume el rencor; todos los personajes tienen esa desesperanza, desilusión y rencor. Para mí ese es un tema importante en el mundo, en nuestra sociedad y que es destructivo”.

Precisando, el fotógrafo de Los asesinos de la luna, alarga: La película es trágica, triste, espectral pero siento que en esos temas es donde encontramos nuestros propios caminos; no digo la solución, sino la búsqueda de lo que nos mueve, nos tumba o hace que nos levantemos.

Aparte de Dolores Heredia y Tenoch Huerta, entre los protagonistas de Pedro Páramo están Ilse Salas, Giovana Zacarías, Roberto Sosa, Manuel García-Rulfo, Mayra Batalla y Noé Hernández, a decir de Rodrigo Prieto, ese fue uno de los aciertos de la cinta: Me emociona mucho tener a todo este elenco en la película, para mí hacerla con ellos fue emprender un viaje a través de ellos. Cada uno expresó su propia versión de su personaje de ellos mismos, pero ahí estuvieron mis traumas, mi sangre. Eso es la película y estar en el festival y presentarla en Morelia me hace sentir temeroso como Juan Preciado cuando llega a Comala.

Para mantener una distancia de esta versión de Pedro Páramo con las anteriores, Prieto mencionó: Fue trabajar con el guionista Mateo Gil, quien ya había hecho una adaptación y puse mi sello en esa. Encontrar qué fragmentos dejábamos y cuáles quitábamos, porque no queríamos que la cinta fuera de tres horas, así que hicimos nuestra propia síntesis, incluso pensábamos que tendría que ser una miniserie, no una película. Seleccionar qué contamos de esta obra para nosotros fue importante utilizando el tono de Juan Rulfo en los diálogos y poner también nuestra expresión.

Otra de las referencias para crear Comala y Media Luna fue el propio Juan Rulfo quien hizo obra fotográfica: Eso fue un remitente básico, además de la imaginación propia, las locaciones y lo que fuimos descubriendo. Una cuestión compleja en la novela son las cuestiones del cambio de época, la película tiene la ventaja de que ves en qué época estás situado y quise que la imagen no tuviera un truco fotográfico que te diera ese cambio de época. Hay algo muy rico en la novela que quisimos mantenerlo y es que el lector participa, en la cinta quise mantener ese mundo que se siente naturalista pero al mismo tiempo surrealista, encontrar que los personajes se sintieran auténticos, reales pero que protagonizan cosas muy extrañas.

Visualmente atrayente, Eugenio Caballero está en la dirección artística de Pedro Páramo, a decir de Prieto: “Eugenio Caballero ya había hecho varios diseños para otra versión de la película, él ya estaba sumergido mucho en Comala. Cuando entré el proceso fue muy hermoso gran parte del trabajo del director, es dónde pones tu energía y aprecias en qué sets valen la pena poner énfasis. Hoy la tecnología nos facilita hacer los efectos visuales, lo que años atrás era más difícil. Gracias a ello pudimos mostrar un Comala abandonado, un pueblo fantasma y cambiarla a una Comala en tiempos de bonanza, no sólo eso sino cómo van evolucionando. Esta visión de Pedro Páramo es única y eso me emociona mucho”.

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