Moscú. La Comisión Central Electoral (CCE), instancia superior en materia de comicios en Rusia, negó este jueves el registro de la candidatura a las presidenciales del mes siguiente del político Boris Nadezhdin, alegando que las firmas de apoyo a su postulación superaron el máximo permitido de defectos (erratas en los nombres o direcciones, por ejemplo) o no fueron reconocidas como legales al no ser presentadas de acuerdo con el formato establecido.

Nadezhdin –por pura casualidad cuyo apellido significa traducido del ruso “quien trae esperanza”–, sin ser abierto opositor al Kremlin, enarboló poco a poco un discurso que contrastó con la versión oficial de lo que se denomina “operación miliar especial” de Rusia en Ucrania y puso el acento, con las reservas y cuidados que le permitía la ley, en promover como meta de su eventual gestión lograr la paz con el vecino pueblo eslavo, por siglos hermano del ruso y ahora enemigo irreconciliable.

Dados sus antecedentes como asesor de Serguei Kiriyenko, actual encargado de la política interna en la Oficina de la Presidencia rusa, desde donde su mueven todos los hilos que se necesitan para reelegir a Putin, la postulación de Nadezhdin se percibió como más de lo mismo hasta que él se tomó en serio la posibilidad de disputar el liderazgo del país con planteamientos que muchos comparten y no se atreven a decir más allá de las cuatro paredes de su casa.

Nadezhin llegó, por ejemplo, a calificar de “catástrofe” el conflicto con Ucrania y ofreció “liberar a los presos políticos”, en alusión a quienes las autoridades consideran “delincuentes” por hacer públicas opiniones personales difreferentes a la versión oficial, lo cual –a su juicio– “difama el ejército ruso al difundir mentiras”.

El equipo del bloqueado aspirante a la presidencia rusa, que apelará ante la Suprema Corte, logró recabar cerca de 200 mil firmas de respaldo a su candidatura, respetando la regla de que estuviera representado el mínimo de electores de cada una de las entidades de la Federación. Nadezhdin llevó a la CCE 105 mil firmas, 5 mil más de las necesarias, mientras los “expertos” de la Comisión concluyeron que sólo valían 95 mil 500 firmas.

Según la CCE, 9 mil 147 firmas no reunen las condiciones para ser válidas y tampoco se pueden sustituir con otras, a pesar de que Nadezhdin cuenta con 95 mil firmas adicionales. El vicepresidente de la Comisión, Nikolai Baluyev, aseguró que “hubo incluso once firmantes que ya han fallecido”, lo cual –en su opinión– “es una muestra de cinismo que ameritaría anular toda la relación de firmas”.

En suma, 2 mil 500 firmas se rechazaron ya que la fecha no fue inscrita de puño y letra de los propios firmantes; mil 767 firmas no se reconocieron porque quienes las recabaron no figuran en la lista de personas autorizadas notarialmente para ello; 995 debido a que los datos de quien consiguió las firmas no se correspondían con quien las entregó; y todo esto, sin sumar las anulaciones por simples erratas al escribir un apellido o una dirección, obvias por demás.

 

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