Guadalajara, Jal. Artistas locales y tapeteros de Tlaxcala y Uriangato, Guanajuato, participaron en el montaje del 15 Festival de Día de Muertos en Zapotlanejo, Jalisco, dando magia y colorido a la festividad que regresó a este municipio conurbado al oriente de Guadalajara, cuya mayor atracción es una enorme catrina de 22 metros de altura, acompañada de su respectivo catrín del mismo tamaño y una calaverita también monumental dentro de una carriola.

Zapotlanejo es conocido como la “cuna del vestir” en Jalisco y el objetivo principal de la celebración, en la que siempre hay disputa con Puerto Vallarta para tener la catrina más alta del mundo, es atraer un mayor número de visitantes.

La competencia por la altura también tiene el añadido de lograr que asistan más turistas, en una competencia que en la zona metropolitana se disputa sobre todo con el municipio de Tlaquepaque, que también realiza estos días una serie de actos que incluyen desfiles, altares de muertos y coloridos adornos de comercios en su primer cuadro.

Las estructuras en Zapotlanejo pesan, cada una, más de 5 toneladas y media de acero, y según se informó tienen 750 metros cuadrados de atuendos. El bebé mide 10 metros de altura y pesa 2.5 toneladas, hecho también con acero y con un biberón de 2.20 metros de altura.

En la explanada también se colocaron 21 cráneos de 1.20 metros de altura, seis catrinas monjas con atuendos virreinales sobre un tapete tradicional de 220 metros cuadrados y siete sets escenográficos con decoración sobre familias famosas del espectáculo.

La denominada feria de muertos en Zapotlanejo inició desde la noche del miércoles 30 de octubre y se prolongará hasta el 17 de noviembre.

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