En un sentido homenaje a Miroslava Breach, corresponsal de La Jornada en Chihuahua, en el marco de su séptimo aniversario luctuoso, Rosy, hermana de la periodista, expresó el dolor de la familia por la falta de justicia plena y exigió que se ejecuten las dos órdenes de aprehensión que están pendientes.

“Pasa el tiempo y no vemos resultados, no hay avances en el caso y esto como familia víctima de la violencia es muy doloroso y decepcionante”, externó en un mensaje que envió y fue compartido en Casa Refugio Citlaltépetl, donde se dieron cita amigos, compañeros periodistas e integrantes de organizaciones no gubernamentales.

Sin mencionar su nombre, también se refirió a Javier Corral, quien gobernaba Chihuahua cuando sucedió el asesinato de Miros, el 23 de marzo de 2017. “Nos indigna y nos lastima que un ex gobernador que protegió a políticos involucrados, siga haciendo carrera y participando en la vida pública bajo la sombra y la protección de líderes actuales”.

Indicó que si bien ya están detenidos dos de los agresores, no se entiende “la descoordinación entre las autoridades federales y estatales” para aprehender a los otros dos involucrados (Crispín Salazar, líder del grupo Los Salazar, señalado como el autor intelectual del crimen, y Wilbert Jasiel Vega Villa, uno de los ejecutores del homicidio), de los cuales se conoce su ubicación.

“Tenemos la sensación que los intereses políticos pesan más que la obligación de las fiscalías de trabajar de manera conjunta, imparcial y expedita en aras de lograr justicia para una periodista asesinada”, mencionó Rosy.

En el homenaje, en el que se inauguró una exposición con retratos de la periodista así como algunos de los textos más relevantes de Miroslava, quien escribió sobre los abusos en contra de los rarámuris, la tala ilegal, narcopolítica y corrupción, Blanche Petrich, reportera fundadora de La Jornada, recordó cómo se vivió la noticia del asesinato de la corresponsal en Chihuahua.

“Nos golpeó como una patada de mula en la cara, es fuertísimo recibir una noticia así”, expresó.

En el periódico, “al anochecer, cuando las salas de redacción cobran vida, nos congregamos entre los escritorios y las computadoras, en un silencio sobrecogedor, realmente hubo muy pocas palabras, porque nadie podía hablar. Yo recuerdo el intento de nuestra directora Carmen Lira de gritar como consigna ¡Justicia!, se le quebró la voz y el resto de ese momento lo pasamos todos en silencio”.

Petrich también compartió cómo para conmemorar a Miros y a Javier Valdéz, corresponsal de La Jornada asesinado en Culiacán en mayo de 2017, antes del primer aniversario la sala de redacción del periódico fue nombrada en su honor.

En esa ocasión, dijo, “Carlos Payán, nuestro director histórico, que también ya estamos estos días llorando su partida, a un año, cerró su pequeña intervención con estas palabras: ‘Gloria a ellos, qué valor, qué potencia seguir trabajando en medio de las amenazas’”.

También, señaló que con el paso de los años y con el pulso de la investigación, se gestaron otras reacciones en el periódico, entre los colegas y “sobre todo entre nuestro volcánico director en jefe Josetxo Zaldua (fallecido el 28 de septiembre del 2021), que fue montando en cólera cada vez mayor en la medida en que veíamos cómo Javier Corral, el gobernador en turno, iba fabricando una salida fácil en torno a la resolución del crimen, en torno a una sola figura del autor material diciendo que eso era todo lo que se tenía, y mintiéndonos en nuestra cara”.

Petrich igualmente compartió algunas experiencias que vivió con Miros, de carácter “bravo”, pero solidaria, generosa y libre de prejuicios. “Si las organizaciones que trabajan en la tarahumara denunciaban algo, hacían una conferencia de prensa, a veces la única que acudía era Miroslava y ella hacía siempre nota y conocía perfectamente bien los temas”.

Ricardo Neves, quien acudió en representación de la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH), destacó que el caso de Miroslava a la par del Javier Valdez marcaron un antes y después “se vuelve insoslayable la crisis de violencia contra la prensa en México”, obligó a muchos y al mismo gremio “a reflexionar sobre la necesidad de una exigencia colectiva de justicia” y poco después “se adopta por primera vez un protocolo homologado de investigación especializado para delitos cometidos contra periodistas, hay cambios importantes en la Feadle”.

A su vez, Griselda Triana, viuda de Javier Valdez, recordó la relación tan cercana entre Miros y él, y resaltó que en México “de 2006 a la fecha, 16 mujeres periodistas han sido asesinadas”.

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