Pekín. China y la Unión Europea (UE) acordaron este sábado iniciar una serie de consultas para evitar los aranceles anunciados por el bloque a los vehículos eléctricos chinos, de hasta 38.1 por ciento, un día después de que el gigante asiático alertó que esta crisis podría “desencadenar una guerra comercial”.

El ministro de Comercio chino, Wang Wentao, y el comisario de Comercio del bloque europeo, Valdis Dombrovskis, “han mantenido un encuentro telemático”, a petición del funcionario europeo, y “las dos partes acordaron iniciar consultas sobre la investigación antisubvenciones de la UE sobre vehículos eléctricos originarios de China”, publicó la cartera país asiático en X.

Las medidas punitivas comenzarían a aplicarse a partir de 4 de julio si las partes no llegan a un acuerdo. La Comisión Europea sustenta en su investigación que los subsidios del gobierno de China en los autos afectan a los fabricantes del bloque al menos de ser exportados.

En respuesta, los fabricantes de automóviles chinos instaron al gobierno central a aumentar los aranceles sobre los automóviles europeos importados a gasolina y el gobierno lanzó una investigación sobre dumping sobre las importaciones de carne de cerdo de la UE en represalia.

“La parte europea continúa intensificando las fricciones comerciales y podría desencadenar una ‘guerra comercial’”, alertó el viernes el Ministerio de Comercio chino, y agregó que “la responsabilidad recae enteramente en la parte europea”.

Zheng Shanjie, jefe de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma de China, señaló la mañana de este sábado, al reunirse en Pekín con Robert Habeck, ministro de economía de Alemania, que la amenaza de aplicar lo aranceles perjudicará a ambas partes y aclaró que su gobierno tomará todas las medidas para proteger los derechos e intereses legítimos de las empresas chinas.

Al refutar las afirmaciones de “exceso de capacidad” en la nueva industria energética de China, Zheng calificó estas afirmaciones como contrarias a los principios del mercado y al sentido común.

El desarrollo de la nueva industria energética de China está impulsado por las ventajas en la tecnología, el mercado y las cadenas industriales, precisó, y añadió que es resultado de la competencia del mercado más que de subsidios o prácticas desleales, entre ellas el proteccionismo.

Resaltó que las marcas extranjeras establecen fábricas en “China no debido a los subsidios, sino porque China posee la cadena industrial de vehículos eléctricos más completa y trabajadores calificados en la industria automotriz”.

Habeck declaró que los aranceles propuestos por la UE sobre las importaciones de vehículos eléctricos de China “no son un castigo”, sino una compensación por las ventajas otorgadas por Pekín a los chinos.

“Es importante entender que estos no son aranceles punitivos”, destacó el alemán, contrastar las medidas de la UE con las implementadas por países como Estados Unidos, Brasil y Turquía.

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