Santiago. La Cámara de Diputados de Chile aprobó este miércoles un proyecto de ley que cambia sustancialmente el sistema de pensiones del país, impuesto por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), una iniciativa considerada como uno de los buques insignia del gobierno encabezado por el izquierdista Gabriel Boric.

Tras una sesión que se alargó por más de seis horas, los parlamentarios aprobaron por 110 votos a favor y 38 en contra la propuesta que estuvo estancada por más de dos años, debido a las divergencias entre el oficialismo y la oposición.

La aprobación final se produjo dos días después de que el Senado avalara el proyecto con amplía mayoría, que ahora deberá ser ratificado por el mandatario.

Una de las mayores exigencias de los ciudadanos

La reforma de la seguridad social es una de las principales reivindicaciones de los ciudadanos chilenos y se convirtió en uno de los motores de las multitudinarias protestas que sacudieron al país en 2019 y 2020.

Entonces, decenas de miles de personas marcharon durante el llamado estallido social para pedir cambios en la Constitución y reformas estructurales en áreas como las jubilaciones, la educación y la salud.

La aprobación del controvertido proyecto supone una victoria de Boric, quien ha impulsado desde su ascensión a la Presidencia, en 2022, una serie de proyectos para modificar sectores claves, aunque gran parte de las iniciativas presentadas por el Ejecutivo han sido obstaculizadas por las divergencias en el Congreso.

Contempla seguro social y equipara las jubilaciones entre hombres y mujeres

La reforma previsional crea un nuevo sistema mixto de pensiones y también un seguro social, así como establece beneficios nuevos a los trabajadores y abarca modificaciones regulatorias.

Entre otros puntos, prevé la creación de un seguro social que entregará dos prestaciones: el beneficio por año cotizado y una compensación a las mujeres para así equiparar las jubilaciones entre hombres y mujeres.

Contempla además el aumento de los aportes del empleador a la seguridad social del trabajador, que pasará de 1.5 actual a 8.5 por ciento de la renta imponible —sobre la cual se calcula el monto que debe pagarse por concepto de impuestos o leyes sociales como previsión y salud.

Desde el gobierno, señalan que éste es el punto de la reforma “más importante”, ya que “este mecanismo de seguridad social es el que va a permitir que suban las pensiones de los actuales y de los futuros jubilados”, expresó la ministra del Trabajo, Jeannette Jara.

El actual sistema de pensiones de Chile se remonta al año 1980, cuando se instauró el modelo llamado “Sistema de AFP” —de administradoras de fondos de pensiones— o “Sistema de capitalización individual”, que estableció un mecanismo de financiamiento de carácter sumamente individual a partir de los ahorros personales —pero obligatorios— de cada trabajador a lo largo de su vida laboral.

“Este camino ha sido largo, difícil y de muchos aprendizajes”, dijo Jara a los parlamentarios. “Es parte de la última década de la historia de nuestro país”.

Con la creación de estos aportes por parte de los empleadores “aumentará significativamente la base de contribuciones al sistema de pensiones, que es lo que se requiere para poder sustentar beneficios más amplios de lo que hoy día ofrece”, enfatizó por su lado el ministro de Hacienda, Mario Marcel.

Concesiones

La votación en la cámara Baja se produjo después de más de dos años de trabas al proyecto, que contó con diversas reformulaciones hasta que fue finalmente aprobado por una amplía mayoría en el Senado el pasado lunes.

El principal cambio entre el texto aprobado y el propuesto por el gobierno se refiere a las administradoras de fondos de pensiones (AFP), instituciones financieras privadas que se encargan de administrar los ahorros de las personas para su pensión.

El gobierno buscaba extinguir estas empresas, pero tuvo que ceder a las presiones de sectores contrarios a fin de habilitar la votación en el Parlamento. Por su parte, la oposición accedió a permitir la entrada de nuevos actores en el mercado, por lo que las administradoras de fondos seguirán operando pero con una mayor competencia.

El mandatario socialista intervino de forma directa en la viabilidad de la sesión del miércoles, ya que usó una facultad presidencial prevista en la Constitución para citar, de forma inédita, a una sesión extraordinaria del Congreso y así “resolver este tema que es prioritario para las familias chilenas y lleva más de dos años de debate en el Parlamento”, indicó el mandatario en sus redes sociales.

Cambios sustanciales

“Hoy día se aprobó, después de 43 años, una reforma previsional que le cambia la cara a lo que la dictadura hizo en 1981 en este país”, celebró la ministra del Trabajo, Jeannette Jara, en una conferencia de prensa en el Congreso.

Bajo el sistema heredado por la dictadura, el empleado aportaba diez por ciento de su sueldo a las AFP, que a su vez invertían los recursos en sus portafolios de negocios.

Cuando los hombres se jubilaban a los 65 años, y las mujeres a los 60, recibían un ingreso conforme al rendimiento de sus aportes.

Bajo el futuro modelo, las siete AFP que actualmente operan en Chile tendrán que competir con nuevos inversores de pensiones.

De los 600 mil jubilados en Chile, la mitad recibe unos 350 dólares al mes, por debajo del salario mínimo de 500 dólares, de acuerdo con cifras oficiales.

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