El Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh) y la oficina de Investigaciones Visuales Situ Research de Nueva York reconstruyeron visualmente cómo se desarrollaban los llamados “Vuelos de la Muerte”, registrados durante la “Guerra Sucia” en México.

Por medio de esa práctica, realizada bajo las ordenes de los generales Acosta Chaparro y Quirós Hermosillo, integrantes del Ejercito transportaron a disidentes políticos a la Base Militar de Píe de la Cuesta, en Acapulco, Guerrero, en donde fueron ejecutados arbitrariamente y sus cuerpos lanzados al mar en vuelos nocturnos, para desaparecer todo rastro de ellos. Ello fue realizado de manera sistemática por lo menos durante seis años, en la década de los 70s.

Las agrupaciones explicaron que se utilizaron nuevas tecnologías de investigación visual para reconstruir digitalmente dicha acción. La elaboración del material se efectuó con base en documentos de una investigación militar revelada en 2002 -la cual no llegó a juicio-, que incluye numerosos testimonios de elementos castrenses quienes describieron cómo se realizaban los vuelos y cómo participaron en ellos.

También se utilizaron archivos obtenidos durante años por víctimas y académicos, imágenes satelitales desconocidas de la época, así como información de múltiples reportajes y trabajos periodísticos que se han hecho públicos durante años. Así, por primera vez se reconstruye visualmente una historia dolorosa de la que ya se tenía parcial conocimiento por archivos, testimonios de sobrevivientes y crónicas periodísticas, explicaron.

Siguiendo el rastro de Alicia de los Ríos -una joven militante de la Liga Comunista 23 de septiembre desaparecida forzadamente en 1978- el proyecto elaboró un video posteado en Youtube, en el que se muestran las distintas fases de la práctica.

La disidente fue detenida en la ciudad de México y llevada al campo militar número 1. Junto a Alfredo Merino Vizcaino, fue trasladada días después a la Base Aérea de Píe de la Cuesta. Alfredo sobrevivió, pero de Alicia se desconoce su paradero.

Con base a una imagen desclasifica de un satélite espía estadounidense de 1975 y más de 10 testimonios del personal militar destinado al lugar, se menciona que los detenidos eran llevados a una construcción de ladrillo con techo de cemento, sin puertas ni ventanas conocida como el bungalow, el cual servía de celda de detención temporal antes de que se cometieran las ejecuciones arbitrarias.

Los testimonios describen como los detenidos eran conducidos con los ojos vendados a un banco en la playa, donde se les disparaba por detrás del cuello. Luego sus cuerpos eran llevados al avión.

El número total de vuelos de la muerte y de aeronaves utilizadas es desconocido, pero la investigación militar identifico 2 aviones Arava 201. Cada vuelo podía contener como mínimo 5 cuerpos. Se colocaba una lona para evitar que rastros de sangre se filtraran en las grietas de la nave. Los cadáveres eran colocados en sacos con rocas para garantizar que se hundieran en el mar, se relata en el video.

Analizando el punto de partida de los vuelos, según bitácoras conocidas en la investigación de 2002, la duración de estos y teniendo en cuenta la capacidad de combustible, se calcula que los cuerpos podrían haber sido arrojados a no más de 230 kilómetros de la costa.

Las organizaciones de defensores de derechos humanos resaltaron que el Ejército mexicano se ha negado a reconocer esta práctica y además ha negado el acceso a sus archivos, manteniendo encuartelados documentos clave mencionados por testigos; por ejemplo, un posible registro de los nombres de las víctimas y posibles grabaciones de dos de los vuelos, evidencia que de recuperarse contribuiría a conocer la identidad y el último paradero de las víctimas.

Hasta la fecha, se desconoce el número total de “Vuelos de la Muerte”, así como de las víctimas y sus identidades. Asimismo, estos crímenes, como otros sucedidos en el periodo de la llamada Guerra Sucia, permanecen en la impunidad, resaltaron.

Compartir
Exit mobile version